La gobernadora Alicia Kirchner dijo sentir dolor por estar inaugurando el edificio remodelado del Consejo de Educación mientras muchos niños no tenían clases. Por esta razón con voz adusta y pausada lanzó al aire una petición que sonó a ultimátum: «Pido, como gobernadora de esta provincia, que nuestros niños y niñas no pierdan más clases», dijo ante un auditorio conformado por veteranos de la Guerra de Malvinas, empleados del organismo, y funcionarios que esta vez contuvieron los aplausos con los que suelen cerrar cada frase de la gobernadora pronunciadas en actos públicos.

Alicia Kirchner no había nombrado a ADOSAC pero el mensaje estaba claramente dirigido al gremio de los maestros que ese día culminaba un paro de 48 horas en rechazo al aumento salarial que el gobierno otorgó por decreto ante la falta de acuerdo en paritarias.

La gobernadora buscó darle un tono conciliador a sus palabras, hizo un llamado a actuar con "madurez" para no perjudicar a los chicos, y ensayó lo que pareció un pedido de tregua en su relación traumática con el gremio de los docentes.

Sin embargo, aquellas expresiones sonaban caducas luego del discurso que minutos antes había pronunciado la presidenta del Consejo de Educación, Cecilia Velázquez, quien emitió un juicio retrospectivo sobre las circunstancias del incendio que destruyó parte del edificio del Consejo de Educación en 2011 y lanzó un manto de sospechas sobre los gremios estatales que por esos años encabezaron las marchas de reclamo.

"Este edificio se había incendiado en años de mucha violencia, en años en los que evidentemente no nos entendíamos como para llegar a una situación como ésta que es incendiar, o que se incendie, un edificio destinado a la educación de las nuevas generaciones", fueron las palabras de la presidenta del Consejo de Educación, arrojando un manto de sospecha criminal sobre los gremios que encabezaron las protestas estatales, ATE y ADOSAC, entre los principales.

Es la primera vez que una voz oficial afirma públicamente que las causas del incendio del edificio del Consejo de Educación fueron producto de las manifestaciones de protesta de los gremios estatales.

Las pericias a cargo de la división Bomberos de la policía provincial, dieron cuenta de la existencia en el lugar del siniestro "de un líquido acelerante", que podría haber servido de combustible para el fuego que consumió el despacho del presidente y varias oficinas del primer piso del organismo. La investigación judicial nunca llegó a esclarecer el hecho ni a imputar a presuntos autores.

De allí que ningún funcionario de entonces ni los que los sucedieron hasta la actualidad, haya arriesgado siquiera la hipótesis de que el incendio fue una consecuencia directa de las protestas gremiales que en 2011 encabezaban ADOSAC y ATE.

Hoy ADOSAC anunció un nuevo paro esta vez por 96 horas a partir de este martes 11 de abril hasta el próximo viernes, una medida que había anunciado la semana pasada condicionada a que el gobierno los convoque a una nueva reunión para negociar salarios.

La invitación oficial no llegó, y el gremio volvió a parar.

Una secuencia que se viene reiterando en los últimos meses y que amenaza con profundizarse si el gobierno persiste en lidiar con el gremio como si fuese una pulseada entre facciones, olvidando que es responsabilidad de los funcionarios del Estado garantizar el derecho a la Educación que en Santa Cruz se ve afectado de manera alarmante.

El "líquido acelerante" que transcribieron en las actas los peritos de la División Bomberos de la Policía, es toda una metáfora que representa y explica el interminable conflicto gremial que lacera la Educación, a raíz de las declaraciones de los funcionarios.