La historia surgió de los viajes de Ezequiel Detry a la patagonia profunda, donde junto a Silvestre Sere retrataron en fotos la vida de los gauchos
del lugar, a ellos se sumaría el cineasta Nicolas Detry, hermano de Ezequiel, quien insistió en que la misma merecía ser registrada en un documental. Las condiciones adversas del valle Tucu Tucu, en nuestra provincia, no los detuvoy, junto a un reducido equipo, pasaron seis meses viviendo en el campo, retratando el día a día del trabajo rural.

El resultado fue Troperos su ópera prima, que fue proyectada en 2019 en varias localidades de la Patagonia, en el caso de El Calafate, fue en el auditorio del Glaciarium. El documental fue galardonado en festivales alrededor del mundo y desde este martes se encuentra disponible de forma gratuita en la plataforma de streaming Cine.AR.

Troperos narra el trabajo de los gauchos en un aislado y solitario valle de la Patagonia sur, mostrando el sacrificio de una profesión en vías de extinción.

A través del relato de los troperos durante el transcurso de un año, se cuentan anécdotas increíbles de vivencias en el campo y reflexiones profundas sobre sus sentimientos más íntimos, se muestra una tierra
donde el hombre y el animal llevan una relación muy estrecha vinculada al trabajo y la supervivencia.


Nicolás Detry, director del documental, es un joven de 28 años nacido en Villa La Angostura, Neuquén. Antes de culminar sus estudios en la Universidad del Cine, ya estaba trabajando en su ópera prima, que salió a la luz en festivales de cine en 2018.

“La principal motivación fue hacer un fiel retrato de la vida y trabajo de estos hombres, sin alterar o modificar la realidad. La noble profesión del tropero es milenaria y en la patagonia está por desaparecer por diversos motivos, es por esto que me pareció de suma importancia y urgencia tener un registro que preserve estas increíbles historias”, recuerda Nicolás.

Todo comenzó cuando Ezequiel Detry, hermano del director, conoció la estancia Tucu-Tucu, perteneciente a la familia Arcal-Gregorio, porque su cuñado, Ramiro Gregorio, administra la misma: “Sentí que este lugar y su historia debían ser mostrados", dijo después.

Ezequiel contagió de inspiración al fotógrafo Silvestre Sere, quien estuvo a cargo de la realización de un libro de fotografías también llamado Troperos, que ya agotó su primera edición. Los relatos llegaron rápidamente a Nicolás, que estudiaba cine. Entre los tres comenzaron el proyecto de retratar la vida de los gauchos y no los frenó ni la falta de presupuesto ni las condiciones inhóspitas del sur argentino.

El rodaje implicó dos años de múltiples viajes y, en total, seis meses de estadía en la estancia ubicada en el valle, luego serían requeridos dos años más para completar la edición y post producción. Para reflejar el estilo de vida de los troperos, era necesario convivir con ellos durante las cuatro estaciones del año, en las que el trabajo varía mucho.

Lo más desafiante fue realizar las tareas de producción y filmación en medio de tormentas, bajo el agua y la nieve. Conseguir testimonios también era un desafío que exigía al equipo de cineastas permanecer en el campo. “Para lograr filmar a los gauchos, conocidos por ser parcos y
austeros ante los extraños, tuvimos que convivir y trabajar junto a ellos. Gracias a que generamos una relación a través del tiempo, fue posible adentrarnos cada vez más en su mundo, hasta casi pasar desapercibidos”, explica Nicolás.

Finalmente, la película fue terminada en 2018 y, desde entonces, reconocida en diversos festivales alrededor del mundo. Troperos ganó los premios a “Mejor largometraje” y "Mejor fotografía” en el Festival Internacional de Cine de Montaña (Argentina), el Festival Audiovisual Bariloche (Argentina) y el Festival internacional de Cine Documental Santiago Alvarez (Cuba). En este último, además, fue reconocida con el de “Mejor dirección”.

La película también participó en festivales europeos: En el Dutch Mountain Film Festival, de Holanda, fue reconocida como “Mejor ópera prima” y en el Torelló Mountain Film Festival, de España, ganó el premio a “Mejor fotografía”. A su vez participó del BANFF Mountain Film Festival en Canadá, el festival de cine de montaña más grande e importante del mundo, donde estos jóvenes tuvieron la oportunidad de representar a la Argentina.