SANTA CRUZ.- Su falta de documentación lo había privado de atención médica, cobertura social y derechos básicos. Incluso afrontó graves problemas de salud sin respaldo estatal, al no poder acreditar su identidad.

Tras décadas de vivir sin un nombre legal ante el Estado, su caso fue abordado por el Registro Civil de Santa Cruz, que activó un proceso especial para que pudiera finalmente acceder a su identidad.

La historia comenzó el pasado 12 de mayo, cuando Ivana Álvarez, directora del CIC Nuestra Señora del Carmen, alertó a las autoridades provinciales sobre la situación de Mauricio, quien nunca había sido inscripto al nacer. A partir de ese contacto, la Subsecretaría de Gobierno y Asuntos Registrales, encabezada por Soledad Boggio, comenzó una cadena de acciones que incluyó visitas, entrevistas y gestiones ante organismos de Santa Cruz, Chubut y Nación.

El 22 de mayo, el equipo visitó a Mauricio en su casa del Barrio Evita, donde vive con Celmira, su compañera de toda la vida, con quien crió tres hijos. “Al principio no confiaba en que esta vez sería distinto”, confesó Mauricio, acostumbrado a años de puertas cerradas. Su falta de documentación lo había privado de atención médica, cobertura social y derechos básicos. Incluso afrontó graves problemas de salud sin respaldo estatal, al no poder acreditar su identidad.

Con apoyo de múltiples áreas, se activó el régimen administrativo previsto en la Ley Nacional 27.611, que permite inscripciones de nacimiento fuera de término sin necesidad de proceso judicial. Tras confirmar que no existía registro previo, se recurrió a una certificación médica para establecer su edad y sexo, y se reunieron testigos para respaldar su historia. El doctor Javier Sosa, del Hospital Regional, completó la evaluación requerida.

El 3 de junio fue el gran día: Mauricio llegó al Registro Civil acompañado por su hija y, con emoción contenida, realizó por primera vez el trámite biométrico para obtener su DNI. Ese mismo día pronunció una frase que conmovió a quienes lo ayudaron: “Algunas veces es solo dar con las personas indicadas”. Su historia no solo visibiliza una deuda histórica, sino también lo que puede lograr el trabajo articulado del Estado cuando se escucha y se actúa con compromiso.

Mauricio recibió por primera vez en su vida el Documento Nacional de Identidad.

Desde el Gobierno Provincial destacaron la importancia de garantizar el derecho a la identidad, especialmente en adultos mayores que, por distintas razones, quedaron fuera del sistema. “Hoy a Mauricio le cambió la mirada”, expresó emocionada Soledad Boggio, quien celebró que, después de tanto tiempo, Mauricio ya no es solo una historia, sino también un nombre con derechos.