LA NACIÓN / Mariela Arias.-
EL CALAFATE.- Máxima Zorreguieta arribó hoy al aeropuerto internacional de esta ciudad a bordo de un vuelo privado, junto a su esposo y sus tres hijas, en medio de un viaje planeado con gran hermetismo y del que trascendieron escasos detalles. Sí se conoció que la familia real de los Países Bajos tiene previsto quedarse aquí hasta el 24 próximo alojada en una exclusiva estancia en las afueras de este destino. Foto portada: periodista Marcelo Del Buono.
Los reyes y sus hijas llegaron a bordo de un Bombardier Global con matrícula argentina que despegó del aeropuerto internacional de Ezeiza a las 8.17, una hora después de que el rey Guillermo y sus hijas Amalia, Alexia y Ariane aterrizaran allí a bordo de un vuelo de KLM. En la aeroestación bonaerense se reunieron con Máxima, que ya se encontraba en el país.
Esta mañana, en el aeropuerto internacional Armando Tola, con gran actividad de vuelos debido a la actividad turística en esta época del año, pocos sabían quiénes eran los pasajeros del vuelo privado que aterrizó a las 11.03. Solo un despliegue de la Policía de Seguridad Aeroportuaria en la pista despertó curiosidad entre los ocasionales transeúntes.
Máxima y su familia no ingresaron al edificio, sino que a poco de aterrizar, en la pista los esperaban tres camionetas que fueron alquiladas a una compañía internacional con sede en El Calafate y la ambulancia del servicio aeroportuario que, por rutina, también estaba allí. Desde ese lugar, partieron en una discreta caravana de tres camionetas custodiadas por un vehículo de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y se retiraron por el puesto Alfa, donde solo ingresan los vehículos autorizados a la zona restringida del aeropuerto.
¿La curiosidad?: el rey Guillermo salió del aeropuerto manejando una de las camionetas, lucía una gorra para protegerse del viento, y a su lado iba Máxima, que llevaba un sombrero color beige. En la parte trasera, viajaban las tres princesas, que se las veían sorprendidas por la presencia de tres periodistas que filmaban su salida del aeropuerto. La reina saludó y sonrió ante las cámaras y partieron raudos por la ruta provincial 5 para recorrer los 22 km que separan la aeroestación de El Calafate.
Es habitual que la familia real viaje a la Patagonia, incluso que pasen las Fiestas en Villa La Angostura, donde Martín Zorreguieta tiene Tinto Bistró, un exclusivo restaurante. Sin embargo, a El Calafate es la segunda vez que viene. La primera visita fue en 2006, cuando Máxima y Guillermo aún eran príncipes de Orange y estuvieron acompañados por la reina Beatriz y sus dos hijas mayores.
En ese viaje, estuvieron en la estancia Altavista, a 33 km de El Calafate, una hostería ubicada sobre la ruta provincial 15 y a pocos kilómetros del ingreso al Parque Nacional Los Glaciares. Se trata del casco de una típica estancia patagónica perteneciente a la Estancia Anita, de la familia Braun, que supo ser turística, pero ahora solo está reservada para uso privado. Aún no está confirmado si repetirán el mismo alojamiento para los próximos tres días.
Mientras dura su estadía, el avión Bombardier Global 5000, alquilado para su traslado, permanecerá estacionado en el aeropuerto internacional de El Calafate. Se trata de un avión provisto con la última tecnología, que cuenta con detección meteorológica y sistemas de reducción de ruido. La aeronave está preparada para transportar a 13 pasajeros, según informa la página oficial de la firma. Ayer, el mismo avión había partido desde San Carlos Bariloche con destino al aeropuerto internacional de Ezeiza, donde hoy recogió a la familia real de Países Bajos.