EL CALAFATE.- Pablo Barone llegó a Ushuaia junto a su madre y su hermana en la década del 90. Allí los esperaba su padre, quien había llegado a trabajar en una fábrica. En la lejana Concordia, Entre Ríos, apenas quedó el perro de la familia, a quien debieron regalar antes de partir, uno esos pequeños grandes hechos que marcan el desarraigo en la memoria de un niño de 10 años. Cuando la familia Barone llegó al “fin del mundo” no sabían dónde quedaba, ni tampoco que el futuro que les esperaba si bien era promisorio, no estaría exento de momentos duros para todos.

Los padres de Cristian Ampuero llegaron a Río Gallegos en 1974 desde Chile, que entonces atravesaba la dictadura del general Augusto Pinochet. El nació aquí rodeado de una fuerte colectividad migrante, hoy es profesor y licenciado en Geografía y codirige un equipo de investigación en la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, UNPA-UARG que analiza e indaga sobre las migraciones chilenas.

La de los Barone es una historia que se parece a miles de historias de vida en la Patagonia, la región más alejada y despoblada del país, que creció de la mano de migraciones internas y externas. Según los datos registrados en el Censo 2022 de INDEC y analizados por el equipo de LN Data, Tierra del Fuego, con el 57,6% encabeza el ranking de provincias cuya población residente habitual nació en una jurisdicción distinta de donde fue censada, seguida por Santa Cruz, con el 45,6%, CABA, con el 33,7%, y Neuquén, con el 32,1%.

La chilenidad

En Santa Cruz, los nacidos en el exterior representan el 6,6% (22.111) de los habitantes en viviendas particulares (335.677). De estos 22.111, más de la mitad, el 57% (12.616), son de Chile, el 18% de Bolivia (3910) y el 7% de Paraguay.

María Antonieta Pinto, salió por tierra de Venezuela en 2017, logró llegar a Bogotá y desde allí tomar un avión hacia Argentina. Es licenciada en Educación Física, pero asegura que mientras sea honrada, ella puede hacer cualquier tarea. Trabajó de moza, ayudante de cocina, limpió departamentos, y en los últimos años de personal trainer en un gimnasio y en las colonias de vacaciones del municipio de Río Gallegos. Vivió en Mar del Plata y en Córdoba donde se reunió con su pareja, un médico venezolano, y desde allí emprendieron el viaje a Río Gallegos.

El destino y las circunstancias empujaron el camino hacia la Patagonia de miles de migrantes. Echar raíces en los suelos áridos y arcillosos, en cambio, es una elección de quienes nos quedamos.

Leer aquí nota completa de Mariela Arias en diario La Nación. Fotos, y estadísticas.