GOBERNADOR GREGORES.- Javier Wainszelbaum dedicó su vida a armar equipos y áreas de hemoterapia en hospitales públicos de todo el país, "la hemoterapia es el corazón de un hospital", afirma, y añade: "todos los servicios de hemoterapia de Santa Cruz tendrían que estar muy bien equipados y con el personal suficiente". Actualmente se desempeña en el hospital de Gobernador Gregores.

Hoy con 62 años Javier siente que ya tiene un ciclo cumplido en Hemoterapia, actividad con la que recorrió diferentes ciudades y provincias de todo el país con un objetivo claro: “tratar de mejorar la hemoterapia y en muchos lados se consiguió", sostiene.

Recuerda que cuando decidió marcharse al interior del país, el segundo jefe del servicio de hemoterapia del Hospital de Clínicas le prodigó palabras elogiosas y alentadoras, "me dijo que yo estaba capacitado para armar y desarmar cualquier servicio de la Argentina”, comenta.

Su jefe había intuido que su pupilo era prometedor, entre otras cosas porque en 1992 fue uno de los primeros en manejar una máquina de aféresis para la recuperación de sangre en el campo quirúrgico en el Hospital de Clínicas.

Para entonces ya se había recibido de técnico universitario en Hemoterapia e Inmunohematología en la UBA en 1988, y al año siguiente ya estaba trabajando en el servicio del Hospital de clínicas y "con los mejores técnicos de esa época", asegura con orgullo.

“Lo tuve de jefe al dr Kohan me llegó a apreciar muchísimo y viceversa. Ahí me formé, aprendí a querer y amar mí profesión. Éramos un equipo de excelentes técnicos y técnicas.. Estaba rodeado de lo mejor de lo mejor.”, recuerda hoy, más de tres décadas después.

En 1993 comenzó lo que él llama, "mi propia aventura", y se lanzó a recorrer el país y a conocer y armar diferentes equipos de Hemoterapia. Hasta que en 2014 recaló en Gobernador Gregores siempre tratando de mejorar la hemoterapia, “es como el corazón de cada hospital. Con lo que se hace en Hemoterapia se ayuda a salvar la vida de muchos pacientes, es un servicio muy valorado en muchísimos hospitales", expresa, aunque reconoce que "aun así, hay algunos a los que no les interesa”, afirma Javier.

Con tantos años de actividad tiene una vida plagada de recuerdos y anécdotas: “Transfundí a Adela Yatel que creó la técnica Quillango que consiste en trabajar el cuero de guanaco. Hija del cacique tehuelche Yatel”, remarca.

De su recorrido por el país, tiene amigos en cada lugar, con quienes sigue en contacto y lamenta a los que ya no están.

Wainszelbaum insiste con su prédica, “Un hospital sin hemoterapia no puede funcionar. Muchos médicos lo entienden y a muchos no les interesa. Todos los servicios de hemoterapia de Santa Cruz tendrían que estar muy bien equipados y con el personal suficiente. Tengo 62 años creo que peleé muchísimo por mejorar la hemoterapia en muchos lados y acá en Gregores, y espero que el año que viene me den el pase al área de sociales del Hospital. Creo que ya cumplí mí ciclo”, concluye.