LA NACIÓN/Mariela Arias.
SANTA CRUZ.- El 90% de los estudiantes de Santa Cruz no empezarán el ciclo con clases presenciales. Así lo dispuso el Gobierno de Alicia Kirchner para todas las localidades que se encuentran con transmisión comunitaria de virus Covid-19, donde las clases, por ahora, serán en modo virtual. Sin embargo, tampoco está garantizado el inicio de clases para los chicos que logren conectarse a internet, porque el gremio docente anunció paro por 48 horas para lunes y martes.
Las clases virtuales alcanzan a las localidades más pobladas de la provincia: Río Gallegos, Caleta Olivia, El Calafate, Río Turbio, Pico Truncado, Perito Moreno, Puerto Deseado y Las Heras, donde los niños, por ahora, no concurrirán a las escuelas. La medida generó un fuerte reclamo en esta localidad que se reflejó con una convocatoria frente a la Residencia Oficial que tienen los gobernadores en la ciudad turística.
“Queremos volver a clases”, “Abran las escuelas”, “Basta de atropellos”, fueron algunos de los carteles que las familias de El Calafate colgaron en las rejas de la puerta de ingreso a la residencia oficial de los gobernadores. “Hasta hace un par de días nadie sabía cómo iban a ser las clases hasta que nos enteramos que seguiría todo online, por eso estamos reviviendo el reclamo que llevamos adelante desde noviembre, que abran las escuelas”, cuenta a LA NACION, Mariana Iozzi, que tiene dos hijas en edad escolar.
Iozzi, junto a un grupo de padres, se sumaron a la Red de Padres Organizados de Argentina para canalizar el pedido a las autoridades de que abran las escuelas.
Enviaron cartas a la gobernadora, a funcionarios provinciales y municipales, hicieron una clase pública, pero nunca recibieron respuestas.
Hoy se manifestaron frente a la residencia de la gobernadora en El Calafate, para hacer visible su reclamo de la vuelta a clases presenciales. (Foto portada, gentileza Mariana Iozzi, Padres Organizados Santa Cruz).
“Los niños quieren volver a las aulas, reclamando presencialidad, esto no da más; en El Calafate está todo abierto, por suerte tenemos cientos de turistas por día, clubes, casinos, clubes, bares, restaurantes, lo cual celebro que esté así. Pero lo único que faltan, son los colegios”, sostiene Iozzi, una de las referentes del grupo que se comunica a través de redes sociales.
Desde el Gobierno explican que las modalidades en Santa Cruz serán tres: presencial para las escuelas rurales, combinada presencial y a distancia para los pueblos de baja circulación del virus y a distancia para las ocho localidades más pobladas. Y aseguran que la situación epidemiológica se analizará semanalmente en cada localidad.
“En los casos de localidades que se encuentren con brote local, al menos podrán ir dos veces a la semana los distintos grupos”, explicó la titular del Consejo Provincial de Educación, Cecilia Velázquez, en tanto que los que tengan la transmisión por conglomerado podrán ir una jornada por semana y en grupos.
Perfiles epidemiológicos
Por su parte, el ministro de Salud, Claudio García afirmó que el parámetro para definir cuáles son las localidades que tomarán una u otra metodología “está relacionada principalmente a los perfiles epidemiológicos de cada localidad”, y detalló que la situación epidemiológica en cada localidad será analizada semanalmente “para que en el caso de existir la aparición de nuevo brote o cambie el estatus epidemiológico se tome en forma conjunta la determinación de cómo es la modalidad que se va a seguir en este proceso que es la vuelta a clases”.
Para los padres de El Calafate, el cierre de las escuelas ha tenido efectos devastadores en la calidad de la educación de los niños y adolescentes, y también en su salud psíquica y física en tanto que aumentó la desigualdad de forma alarmante en el acceso a los medios de educación. “El Gobierno se jacta que nos están dando la educación de manera virtual, y lo cierto es que están vulnerando derechos; la comunidad médica establece que el riesgo es bajo o nulo de contagio entre niños, con lo cual solo resta pensar que todo esto son maniobras políticas y excusas, por lo cual responsabilizamos al Gobierno de toda esta situación”, afirmó a LA NACION Silvia Sivo, mamá de una niña de 9 años que asiste a una escuela de gestión privada.
Mientras tanto, el frente gremial está abierto: desde la Asociación de Docentes de Santa Cruz, ADOSAC, rechazaron la oferta salarial del 20% ofrecida en la paritaria estatal por considerarla “insuficiente” y exigen “una oferta acorde a la canasta familiar santacruceña”. En un comunicado de prensa consideraron que no están dadas las condiciones para regresar a la presencialidad: “La realidad marca que los riesgos de contagio son altísimos y existe la posibilidad latente de un rebrote o segunda ola de casos. Exigir o imponer tareas presenciales significa exponer la salud y la vida de todos los actores que forman parte del sistema educativo”.
La situación de la educación de la provincia es de largo arrastre. Según los datos relevados por el abogado y docente universitario Gabriel Ruiz, magíster en Filosofía del Derecho y especialista en Derecho a la Educación, a pedido de la intervención del PRO en Santa Cruz, los alumnos que terminaron la Primaria en 2020 fueron a la escuela solo cuatro de los siete años de escolaridad en tanto que en el Nivel Secundario solo estuvieron en las aulas dos años y tres meses de los cinco correspondientes, en un relevamiento de días de clases perdidos entre 2014 y 2020. En el año 2018, las clases en la provincia iniciaron recién en agosto, como resultado de una fuerte conflictividad gremial.