Si buscamos (yo lo hice) este título en la web aparecen sitios vinculados a bailar y hacer ejercicio; sin embargo el diccionario dice que “cacha” es cada una de las partes del mango de una navaja; entonces, qué movemos cuando movemos las cachas?
Recorriendo un poco la familia de las armas blancas vemos que la relación que guardan con las “cachas” que se mueven al hacer ejercicio reside en la cercanía, en la vecindad; es que las armas de ese tipo se colocan para su traslado en esa zona del cuerpo que después se ejercita.
Las palabras muchas veces se prestan el significado en algún momento de su historia y luego se largan a andar solitas de boca en boca y muchas veces ya no recordamos o no somos capaces de reconocer aquél origen común.
Veamos otro caso de entre tantos en que las palabras hacen eso: ‘mochila’ parece ser una palabra de origen vasco que da nombre al objeto que llevamos en la espalda para transportar cosas pero el nombre le viene de un derivado de ‘muchacho’, un derivado diminutivo, algo parecido a ‘muchachín’ aplicado al joven que se ocupa de hacer mandados, el cadete, el chico de la moto… La cosa no termina ahí, según Corominas y Pascual, podría ser que ‘muchacho’ venga de ‘mocho’ y éste de ‘mutilado’ porque a los jóvenes les cortaban el pelo; esta última parte deberíamos revisarla un poco antes de darla por confirmada.
Volviendo al tema del las cachas, intenté rastrear algo así como una familia de palabras, pero no la familia cercana, la de los domingos en la misma mesa sino la ampliada, la de primos y tíos lejanos. Encontré, obviamente a ‘cachete’, primero el del final de la columna justo antes del muslo, el de apoyar el arma blanca y el de mover haciendo ejercicio, luego el nombre se va a la mejilla porque al final esas redondeces carnosas se parecen físicamente (y de ahí cachetada, cachetudo, cachetón); también encontré ‘cachondeo’ cuyo significado oscila entre el toqueteo estimulante de las partes donde se apoya la empuñadura y su movimiento sugerente. Hay más parientes (siempre hay más) solo que ya muy lejanos o de dudoso parentesco.
Y ‘cachar’?; no, ‘cachar’ no es agarrar a alguien de la zona donde se apoya la empuñadura, uno puede cachar una ironía o cachar una pelota. Se trata de un préstamo y entre las lenguas lo que se presta no se devuelve de modo que gracias al inglés por el ‘to catch’; no se lo vamos a devolver.