CALETA OLIVIA.- La alta demanda de fonoaudiólogos y la falta de egresados de la carrera es una tendencia que está en crecimiento. Es uno de los temas que preocupa y ocupa a la licenciada en fonoaudiología, Edith Durán, una de las pioneras de la profesión en Caleta Olivia quien ejerció en el Hospital Zonal durante muchos años. Ella cree que es vital que se promueva la profesión que abrazó en su juventud y que aún hoy palpita con cada paciente.

El 12 de mayo se celebra el día Internacional de la Fonoaudiología y a Edith la encuentra muy activa: junto a colegas de Caleta Olivia han conformado FONOSAC, la Asociación Civil de Fonoaudiólogos de la provincia de Santa Cruz que tiene entre sus objetivos promover la profesión entre las nuevas generaciones de estudiantes.

Según los especialistas, cada vez son más los chicos con problemas comunicativos y del lenguaje por la utilización temprana de la tecnología y la virtualidad. La lic. Durán coincide con ese diagnóstico, “todas las colegas estamos muy preocupadas, porque lo visual es algo que los absorbe totalmente, pierden el vínculo con lo real y esa abstracción de la gente que está a su alrededor los deja fuera de la relación. Los papás les dan los celulares y una vez que se metieron en la pantalla todo lo demás se cortó. Le sacas la pantalla y se desbordan y no establecen vínculos reales, no lo escuchan, no le hablan”, explica la profesional.

Los profesionales alertan que la interacción temprana con las pantallas afecta no solo al lenguaje, sino también a la comunicación. “El teléfono no es un juguete. Son otros los juegos para que puedan vincularse, juega a tomar el té, a hacer de cuenta que hacen una u otra tarea, todo lo que favorezca a la construcción de vínculos. Los juegos de pantalla son para niños más grandes”, afirma la fonoaudióloga.

Durán, quien atiende niños, jóvenes y adultos mayores desde el año 1989 cuando llegó a Caleta Olivia, explica que como parte de su labor, también deben ayudar a los padres a relacionarse con los niños de otra forma. “Porque los abstraídos no son solamente los niños, los padres jóvenes no pueden cortar con las redes. Nos hemos encontrado con mamá dando teta mientras miran el celular. No hacen ninguna relación con la criatura, no hay contención con la voz ni con la mirada, y así el vínculo se complica cada vez más”.

Edith Durán es oriunda de La Plata donde se recibió de fonoaudióloga en la Universidad Nacional de La Plata y se mudó a Santa Cruz. Durante la facultad conoció a un joven chubutense estudiante de arquitectura, ambos se recibieron y decidieron apostar por la Patagonia. Más de 30 años después siguen eligiendo Caleta Olivia, donde nacieron sus dos hijos y desarrollaron su profesión. En la decisión vocacional siempre tuvo claro que quería trabajar en la medicina, en el área de la rehabilitación y así llegó a la audiología, las terapias del lenguaje y todas las patologías relacionadas con la voz.

“Estuve en rehabilitación un tiempo, el campo más grande es el de asistencia docente, pero también me gusta la prevención, hemos hecho cursos para locutores, y para los mismos docentes”, relata y agrega que como parte de su actividad profesional fue docente en el profesorado de Sordos del IPES en Caleta Olivia.

Y si bien se jubiló hoy en la provincia, sigue activa en su consultorio privado. “En el ámbito docente hemos descubierto que hay muy poco de cuidado de su propia voz se podría prevenir, y hacerlo bien. Cuando llegan al consultorio con ronquera es de muy larga data y es para recuperar la voz perdida. Falta trabajar en prevención”, detalla Edith Durán.

A ella le gusta trabajar en las dos puntas de la vida. Tanto con los niños pequeños como con los adultos mayores. Jubilarse fue una circunstancia, sigue tan activa como siempre. Y recuerda con especial cariño a “los primeros pacientes de lenguaje, son inolvidables de 4, 5, 6 años. No uno en particular, pero me vienen a la memoria las caritas, se establece un rapport tan lindo en niñitos que se apoyan mucho en lo que uno les ofrece, y nosotros aprendemos con ellos”.

Hoy Edith trabaja con pacientes del PAMI a quienes acompaña y asesora en el uso del audífono, “esas son las edades que me movilizan, me gustan muy niños y muy adultos”, cuenta la profesional que sigue activa y trabajando con amor por sus pacientes.-

Fuente: Prensa Aprosa