EL CALAFATE.- El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, confirmó que el Poder Ejecutivo no planea cerrar ningún centro de salud, pero que buscará transferir los hospitales nacionales a las provincias. "La salud es una responsabilidad local, que se hagan cargo", declaró Francos en una entrevista con Infobae, señalando que la gestión de hospitales debe pasar a los gobiernos provinciales.
Actualmente, el gobierno nacional administra hospitales de gran relevancia como el Hospital Pediátrico Garrahan y el centro de salud mental Laura Bonaparte, ambos en conflicto por reclamos salariales. Además, gestiona otros centros clave, como el Hospital Posadas y el Hospital de Alta Complejidad El Cruce, esenciales para la población del Conurbano bonaerense, una de las zonas más vulnerables del país.
Los números del SAMIC y una gestión con falta de coherencia
Uno de los casos más emblemáticos es el del Hospital SAMIC de El Calafate, creado en 2015 durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. Este hospital, con un presupuesto asignado de $30.652 millones para 2025, es financiado en un 70% por la Nación, un 25% por la provincia de Santa Cruz, y un 5% por el municipio.
Su administración tripartita ha sido fuente de conflictos desde el gobierno de Mauricio Macri, y las diferencias políticas entre los directivos siguen afectando tanto la gestión interna como la atención a la comunidad de 27 mil habitantes de la villa turística. Cabe consignar que en la localidad funciona además el hospital Formenti, cuya administración y presupuesto dependen del Estado provincial.
Francos reiteró que no se trata de cerrar hospitales, sino de transferir su gestión. "Una política nacional de salud puede ser coordinada a nivel nacional, pero ¿hospitales en manos de la Nación? No tiene sentido. Hay que pasárselos a las provincias". En este sentido, subrayó que provincias como Buenos Aires, encabezada por Kicillof, deberían asumir la gestión de hospitales como el Posadas y El Cruce.
El Ministerio de Salud, liderado por Mario Lugones, ya está trabajando en la reorientación de la gestión hospitalaria y en la revisión de las políticas de compra de medicamentos, que hasta ahora han sido hiperreguladas. Para implementar esta política de traspaso, será necesario abrir una negociación con los gobernadores, lo que podría generar fricciones, especialmente con la administración bonaerense, dado el impacto que podría tener en los hospitales del Conurbano.
Mientras se discuten distintas alternativas para llevar a cabo la transferencia, desde el gobierno buscan no generar alarma entre los pacientes ni la población. "Lo importante es no generar preocupación, porque en el medio está la salud", destacaron fuentes oficiales.