LA NACIÓN / Mariela Arias.-
EL CALAFATE.- Cada día en el campo santacruceño se vive una epopeya. A caballo, con tractores, incluso a pie, los productores intentan llegar hasta el ganado. Saben que están corriendo contrarreloj contra la nieve, las bajas temperaturas y la falta de alimentos. Ante este panorama, el gobernador Claudio Vidal decretó el estado de emergencia y/o desastre agropecuario por un año en las zonas afectadas que hoy debe refrendarse en la Legislatura provincial.
El decreto, que acompaña una resolución del Consejo Agrario Provincial, CAP, tiene alcance a la zonas afectadas de los departamentos de Lago Buenos Aires, Río Chico, Lago Argentino, Magallanes, Corpen Aike, Deseado y Güer Aike. Se espera que sea una herramienta para avanzar con ayuda en el sector con fondos para paliar la crisis al igual que se aguarda la llegada de más equipamiento del Ejército Argentino para despejar los campos.
Sebastián Jamieson administra la Estancia y Cabaña Tapi-Aike, ubicada al sur de El Calafate, donde cría bovinos Hereford y ovinos Corriedale y sufre las dramáticas consecuencias de las nevadas que azota la región hace días.
En los videos que se viralizaron en los últimos días se ve como con cuatriciclos se arrea una procesión de bovinos Hereford y una tropa de ovinos Corriedale, las dos razas que Jamieson cría y que pudo recuperar para llevar al casco de la Estancia y suplementarlos con forraje. Pero más allá de la dramática situación que se observa en los videos, la realidad es aún más angustiante, ya que la hacienda que recuperó es solo una parte del rodeo total.
“Esos videos eran del destete que fuimos a buscar a un campo que está a 10 kilómetros del casco, pero tengo 400 madres Hereford y 8000 ovinos a 30 kilómetros y no puedo llegar de ninguna manera. Tengo las horas contadas. Si no accedo a la hacienda en una semana, se me mueren todos”, explicó Jamieson, informó Hereford.
“La Hereford afronta cualquier cosa, hasta el exceso de nieve. Pero la oveja, con un metro de nieve, ya está excedida en altura y tapada. Deben estar estancadas en un sector sin comer ya hace 15 días. Esto es una cuenta regresiva”, dijo.
Sobre cómo están intentando llegar a ese lote, Jamieson indicó: “Estamos intentando todo. Con herramientas, topadoras y hasta vino el Ejército a ayudarnos. Pudimos avanzar unos kilómetros, pero nada más. Un puestero que está más cerca se desplazó hasta otro puesto, pero tampoco llegó. La nieve le llega a la panza al caballo y no puede hacer tramos largos”.
“Obviamente estamos preparados para las nevadas de julio, de aproximadamente 20-30 centímetros. Pero ya cuando empieza a nevar los primeros días de junio y acumular nieve de a poquito, es imposible. Ahora estamos a 70 centímetros en el casco y en los lugares altos donde yo tengo el núcleo de madres, estamos en más de un metro”, comentó.
Sobre cómo están consiguiendo la comida para la hacienda que sí llegó al casco, el criador señaló que “a un costo muy muy grande. Estamos trayendo alfalfa desde La Pampa por la provincia de Buenos Aires. En este momento tengo tres equipos de alfalfa en camino. Hay uno varado en Trelew y los otros están llegando a Piedra Buena. Con eso tengo suficiente para mantener a todas, pero no va a servir de nada si no podemos acceder al rodeo en los próximos días”, relató a través de un comunicado difundido por la Asociación de Criadores de Hereford.
Desde hace varios días un operativo del Ejército se encuentra desplegado. En la zona de Tapi Aike, Fuentes del Coyle, La Correntina, “Lucila”, hay seis unidades de la Guarnición Militar “Rospentek”, con las “orugas” con las que abren caminos y una cisterna para el abastecimiento de los vehículos. Buscan abrir huellas, para evacuar el ganado y en algunos casos tirar forraje.
El 26 de julio de 1995 cayó una nevada inesperada sobre Santa Cruz, en pocas horas la ciudad de Río Gallegos y los campos quedaron tapados, en lo que se conoció como “La Nevada del Siglo”. En ese año las pérdidas en los campos fueron incalculables, el ganado ovino y vacuno quedó sepultado bajo la nieve y las muertes se contaron por miles. En ese año murió entre el 30 y 35% del stock de entonces y hubo estancias que perdieron el 60% del ganado.
Ahora, empezó a nevar en mayo, y las bajas temperatura provocaron una capa de hielo sobre la tierra, sobre la cual cayó la nevada de los últimos días. El pronóstico del clima para las próximas horas no es auspicioso.
Enrique Jamieson es el vicepresidente a cargo de la presidencia de la Federación de Instituciones Agropecuarias Santacruceñas (FIAS), que integra Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). Es también criador de Hereford. A él le toca estar en el campo, recibir llamados desesperados de muchos productores, reunirse con las autoridades y también exponer en la Legislatura para que sea refrendado el decreto de la emergencia y/o desastre agropecuario.
“Recibo llamados de productores que no saben ya qué hacer, me dicen que si pierden el ganado que les queda no van a poder recuperarse, estamos en una situación desesperante”, aseguró Jamieson. “En esta zona los potreros son muy grandes, de 4000 o 5000 hectáreas. Cuando está todo nevado, es muy complejo llegar de una punta a otra y salvar a la hacienda, o al menos darle alguna ración de supervivencia. El agua es muy importante, porque se congeló todo”.
Jamieson dijo que los productores siguen peleando contra la nieve para salvar a la hacienda. “El tema es que está pronosticado temperaturas de 20 grados cero y es poco probable que haya un deshielo rápido, porque además los días son cortos y el sol no aparece nunca”, afirmó.
Según el ruralista, la provincia tiene un stock aproximado de 2 millones de ovinos y 80.000 vacunos, que prácticamente son todos de la raza Hereford. “Ya se murieron muchos ovinos y está comprometido por lo menos el 50% de la hacienda total de la provincia”, añadió.
“Es un nivel de desesperación inexplicable. Uno duerme porque tiene que dormir, pero no podés dejar de pensar en cómo llegar a la hacienda. Te levantás, hacés todo lo posible y no llegás. Te volvés triste y desanimado”, contó con angustia.
Jamieson explicó que están recibiendo ayuda del gobierno provincial y también del Ejercito, pero que las tareas son muy difíciles y las horas apremian cada vez más porque los animales se mueren de hambre y los ovinos quedan enterrados bajo la nieve.