EL CALAFATE.- La sorprendente oleada nacional que dio el triunfo de Javier Milei en la mayoría de las provincias tiene doble impacto en Santa Cruz. En la cuna del kirchnerismo el libertario lo derrotó por 10 puntos con el condimento que lo hizo sin llevar candidatos en la provincia ni contar con fiscales del acto eleccionario. La derrota del kirchnerismo la explica una magra campaña en favor de sus candidatos Massa y Grabois, y la escasa impronta de sus dos candidatos a gobernador que no entusiasmaron al electorado. La crisis educativa, los niveles de pobreza en la provincia, y el hartazgo de parte de la sociedad ante un régimen que imperó durante más de tres décadas.
Ni Cristina, ni Máximo Kirchner ni su tía Alicia -a pesar de ser candidata a senadora nacional- tuvieron protagonismo en una elección que a nivel provincial desplazó al kirchnerismo del gobierno después de 32 años consecutivos de ejercicio del poder.
Otro tanto sucedió con el resultado de las PASO presidenciales que en Santa Cruz favoreció el precandidato de La Libertad Avanza quien se impuso con el 40% de los votos sobre el frente Unión por la Patria que obtuvo el 30%, y Cambia Santa Cruz que acumuló el 19%.
Si bien el aluvión Milei fue un fenómeno nacional que arrasó en varias provincias, el triunfo del libertario en Santa Cruz tiene doble impacto por tratarse de la cuna del kirchnerismo.
Las razones de una derrota inimaginable
A la actitud abandónica del kirchnerismo que desertó de la elección provincial y libró a su suerte a sus candidatos a gobernador, Pablo Grasso, y Javier Belloni, se sumó el poco entusiasmo que mostró UxP en hacer campaña en favor de los precandidatos, Sergio Massa y Juan Grabois. Ni siquiera Alicia Kirchner hizo campaña para su candidatura a senadora, en cuya categoría se registró un 60% de votos en blanco.
Otros factores que ayudan a explicar la derrota K a manos del libertario son los altos niveles de inflación; la crisis crónica de la educación provincial agravada durante los ocho años de gobierno de Alicia Kirchner, y el hartazgo social producto de más de tres décadas de un régimen feudal que transitaba sus días en la abulia de una sucesión familiar que ya no encontró herederos ni descendientes.
Milei no solo no tuvo candidatos en las categorías provinciales sino que tampoco contaba con fiscales para controlar el proceso electoral y sus boletas en el cuarto oscuro.
El líder de LLA basó su estrategia en medios y redes sociales, que popularizaron su figura provocando niveles de adhesión que desafiaron la lógica política. En Santa Cruz ganó en casi todas las comunas, con excepción de El Calafate donde fue derrotado por UxP por menos de cuatrocientos votos.
En este plano El Chaltén, bien podría representar una postal que ilustre el gran desconcierto nacional que invadió a los argentinos el domingo por la noche cuando se abrieron las urnas. En la localidad cordillerana triunfó Unión por la Patria con Juan Grabois, pero el candidato más votado individualmente fue Javier Milei.
Tanta fue la indiferencia de Milei por su suerte electoral en el distrito Santa Cruz, que en plena campaña salió a despegarse de un partido inscripto para las elecciones provinciales con el nombre MILEI, Movimiento Integrador Liberal e Independiente. Una maniobra especulativa que buscó sacar ventaja del nombre del libertario para mejorar su propia performance.
A la dura derrota en las elecciones provinciales que lo expulsó del gobierno y lo dejó con las manos vacías de poder, el kirchnerismo sumó otro golpe de urna en las primarias nacionales que lo ubica en el peor escenario de cara a las elecciones presidenciales de octubre.
Una elección que determinará si retiene el poder nacional o al menos parte de su capital político amasado en veinte años, o marcará el principio del fin de una era que ya declinó en Santa Cruz como una advertencia de que lo que viene, podría ser peor.