SANTA CRUZ.- Un nuevo capítulo en el dilatado debate dentro del radicalismo para definir una posible alianza con el partido SER de Claudio Vidal, vuelve a sembrar dudas de cara a la sociedad sobre qué es lo que realmente quiere hacer el principal partido de la oposición y cuál es su estrategia para conseguirlo, cuando faltan dos meses para la crucial elección a gobernador del 13 de agosto. La resolución emanada de la Convención del radicalismo que abre una puerta a un frente con el petrolero supeditada a que Cambia Santa Cruz presente una sola fórmula a la gobernación, es otra forma de decirle que no a Vidal.

Luego que el senador y líder del partido, Eduardo Costa, afirmara que para destronar al kirchnerismo la fórmula a la gobernación debería encabezarla la diputada Roxana Reyes, secundada por Claudio Vidal, generando una oleada de críticas internas en muchos casos descalificadores hacia esta decisión y su ideólogo, la oposición se dirime en un mar de confusión alrededor de una definición que se demora en el tiempo en el tramo más caliente de la campaña.

El documento que firmaron días después los partidos del frente Cambia Santa Cruz reunidos en Puerto San Julián, rechazando una eventual alianza con el dirigente petrolero, lejos de traer calma alteró aún más los ánimos en las filas de la oposición. Incluso uno de los partidos, el PRO, que participó del cónclave manifestó no estar de acuerdo con la decisión razón por la cual no firmó el documento.

Una semana después el radicalismo, esta vez en forma orgánica a través de su convención partidaria, volvió a expresarse sobre el tema y definió que un acuerdo con el SER es posible siempre y cuando el frente Cambia Santa Cruz que integran UCR, el Socialismo, Encuentro Ciudadano, ARI Coalición Cívica, y el PRO, presenten una sola fórmula a la gobernación con la fuerza suficiente como para competir dentro de un mismo lema con la fórmula que encabece Vidal.

Esta carta de intención depende de varias circunstancias.

La primera, definir cuál será la fórmula "única" a la gobernación capaz de aglutinar a los diferentes partidos que conforman el frente opositor. Para que sea Roxana Reyes la candidata excluyente, antes, deberán renunciar a sus postulaciones los restantes candidatos de Cambia ya lanzados cada uno por su lado, Mario Markic, Mirey Zeidán, Martín Bocco y Diego Bavio. Esto último parece imposible, según ya dejaron trascender varios referentes radicales y hasta el mismo Zeidán: "cuando el presidente del partido habló conmigo le dije que no me bajaba", enfatizó.

Una vez despejado este panorama deberán esperar a que el petrolero Claudio Vidal, que hasta el momento mantuvo un conveniente silencio sobre el tema acepte firmar un contrato electoral con el radicalismo y sus aliados, de cuyas verdaderas intenciones desconfía: "no tiene voluntad de acordar", dijo Sergio Acevedo, asesor y vocero del petrolero, sobre los dichos de Eduardo Costa cuando el legislador lanzó lo que a su criterio y apelando a la matemática pura, era la fórmula implacable para terminar con 32 años de kirchnerismo.

De todos modos, la resolución emanada de la Convención del radicalismo que abre una hendija a un eventual acuerdo con el petrolero, pero supeditado a que Cambia Santa Cruz presente una sola fórmula a la gobernación se parece más a otra forma de decirle que no a Vidal sin tener que explicar demasiado las razones. En el fondo, la desconfianza es mutua.

Mientras tanto el calendario electoral emplaza la toma de decisiones que deberán resolverse antes del 14 de junio cuando deban inscribirse los lemas y sublemas y la constitución de alianzas y frentes.