LA NACIÓN/Mariela Arias.-
EL CALAFATE.- Mario Markic nació en Santa Cruz y si bien su pródiga carrera periodística la hizo en Buenos Aires, nunca dejó de volver a la tierra de su infancia y sus afectos. Hoy regresa a Santa Cruz con la óptica de la política, considera que los últimos números del Indec sobre la pobreza en la provincia son desoladores y cree que el kirchnerismo es el responsable. “Santa Cruz se transformó en un feudo y quizás eso sea el problema que lo explica todo”, afirma.
En las últimas semanas, el periodista se despidió de su audiencia que durante 28 años lo siguió en sus crónicas de viaje a través de “En el camino”, por TN, y se zambulló de lleno a la política dentro de Pro. Con su probable precandidatura a gobernador, el espacio de Juntos por el Cambio se oxigena con una figura de amplio conocimiento público. Cree que el kirchnerismo entró en una etapa final: “Tiene erosión y desgaste, hoy está acabado y es una expresión crepuscular y patética”.
¿Le sorprendió la decisión de Mauricio Macri de bajarse de la candidatura?
–Me sorprendió, me conmovió y también me dolió un poco, pero lo vi como una jugada estratégica muy favorable para poner orden dentro del espacio político y a la vez provocó un cimbronazo importante al oficialismo. Lo deja a Macri como un personaje muy atractivo desde el lugar de la generosidad. Más allá de la estrategia, me interesa hablar de sentimientos dentro de la política. Yo soy una persona que se conmovió con el último Macri y me conmovió su renuncia. Del nivel de un estadista poco común en Argentina.
–Y aún así, ¿el expresidente va a venir a hacer campaña en Santa Cruz?
–Estoy convencido que va a venir a acompañarme tal como yo lo invité con el video que hice frente al glaciar. Dejé pasar unos días, pero le quiero agradecer lo que él publicó y lo voy a volver a invitar. No dudo que van a venir todos los referentes nacionales de nuestro espacio.
–¿Se define por algún candidato presidencial dentro de Cambiemos?
–No, no tengo favoritos y soy muy joven dentro de este espacio. Para mí son todos buenos, son idóneos. De modo que yo no tengo preferencia y desde mi lugar apuesto fuerte por la unidad dentro del espacio en la provincia.
–Los últimos datos del Indec revelaron que en la capital de Santa Cruz, Río Gallegos, el 37,4% de la población está bajo la línea de pobreza. ¿Cómo lo explica?
–Es desolador. Jamás me imaginé que estuviéramos hablando de estos niveles de pobreza, impensado en una provincia que está caratulada entre las más ricas. Santa Cruz se transformó en un feudo y quizás eso sea el problema que lo explica todo. Quien apuesta a una sola alternativa de no generar desarrollo en una provincia que lo tiene todo, termina controlando todo. Hay un 80% de empleo estatal y no se apostó nunca a las alternativas del crecimiento privado. Falta una pata, y ahí se puede explicar mucho los niveles de pobreza. El responsable es el Gobierno, que no ha apostado a que vengan capitales, a que se explote toda la potencialidad que tiene Santa Cruz. Es como alambrar la provincia y dejar que todo funcione sin posibilidades de expansión, de libertad en muchos sentidos y hasta de libertad de expresión. Lo que funciona son los lugares turísticos, que están a la vista. Lo otro, la pobreza, a pesar de que se reciben riquezas fantásticas en regalías petroleras, oro, plata, lo tiene que explicar el Gobierno.
–¿Cuáles cree que fueron los tres puntos críticos de un mismo gobierno durante 30 años?
–Yo creo que la primera pata tiene que ver con la economía; la gente no llega, los sueldos son bajos. En segundo lugar, la educación, que a esta altura te podría decir que es despreciada. Que vos permitas que se pase de grado debiendo las materias y que los maestros tengan sueldos muy bajos, es despreciar la educación, no la consideran un valor. Y la falta de autonomía: la gente no puede hacer lo que quiere, vive al día de sus sueldos, no tiene otras alternativas. Si protesta puede caerle algún problema. No vuela una mosca sin que el Gobierno se entere.
¿Complican su campaña si se adelantan las elecciones en Santa Cruz?
–Yo estoy haciendo campaña al paso que nos propusimos con el equipo de campaña, primero conociendo a los referentes de cada localidad y luego en el contacto directo con la gente. Sé que es un camino de ripio, no es asfaltado. Pero Santa Cruz va a dar el batacazo porque la gente está en un nivel de hartazgo. Nada resiste tanto tiempo. Nada es para siempre y el kirchnerismo tampoco: tiene erosión y desgaste, hoy está acabado y es una expresión crepuscular y patética.
–¿Se imagina competir con Máximo Kirchner como candidato a gobernador?
–Aún no soy candidato designado. Pero ojalá sea Máximo Kirchner el candidato. Porque creo que la gente no lo va a votar ni a él, ni al kirchnerismo. Estaría bueno que él venga a trabajar, que recorra la provincia y que compita. La gente deberá preguntarse: ¿qué hacemos? ¿seguimos con el apellido?
–¿Cómo la ve a Alicia Kirchner tras dos mandatos como gobernadora?
–Ella es a la que le toca ahora gobernar. Cuando salen estos niveles de pobreza, no le hacen ningún favor si quiere repetir la “re-reelección. Hay que ver que es lo que pretende hacer el oficialismo, si aparece la sangre azul del apellido o la línea de sangre como factor aglutinante para el kirchnerismo.
–¿En qué etapa se encuentra el kirchnerismo?
–Cuando una expresión política entra en esta etapa crepuscular aparece el laberinto, aparece el dilema, y creo que Cristina Kirchner ha perdido parte de la centralidad política porque se preocupó mucho tiempo de sus problemas judiciales. Pienso que la centralidad política era tener la difusión permanente a través de los medios y sus mensajes en cadena. Pero ya pasaron varios años, hubo otro gobierno, y a pesar de que eligió al actual presidente, ahora recuperar esa centralidad política lo veo difícil. No sé si podrá ser candidata o si tendrá ganas.
–Dejar el periodismo por la política, ¿es un viaje de ida?
–Yo ya estoy involucrado en la política, me resulta abrumadora las novedades que recibo a diario. El ejercicio de la política para una persona que empieza a caminar resulta abrumador por el cambio. El periodismo me generaba adrenalina, pero era un terreno conocido, no una zona de confort, pero sí conocido. Ahora todo es nuevo para mí. Se que el camino es de ripio, que será difícil, pero es lo que elegí. Mis ejes son: honradez, trabajo y desarrollo. La honradez es una de las palabras más grandes, que junto a la educación y el desarrollo, tenemos que recuperarla como un valor que quede para siempre.
–¿Ve posible un triunfo de Cambiemos, después de 40 años de gobiernos peronistas?
–Yo digo que vamos a dar el batacazo. Digo que será una gran sorpresa electoral. Voy a aportar mi granito grande o chico para que gane el espacio. Yo voy a entrar en la historia junto con ellos y me voy a sentir muy feliz, porque vamos a hacer historia.