SANTA CRUZ.- Cuando los diputados regresen del receso invernal, tendrán sobre sus escritorios la nota remitida por el Poder Ejecutivo con la terna de postulantes al Tribunal Superior de Justicia integrada por Fernando Basanta, César Neil y Marcela Ramos. De esta nómima, los legisladores extraerán el nombre de quien ejercerá una de las cinco vocalías del máximo órgano de justicia de Santa Cruz por los próximos años y por tiempo indeterminado.

La vacante a dirimir es la que se produjo tras la jubilación de Enrique Peretti. Actualmente el Tribunal funciona con cuatro miembros, la presidencia la ocupa Paula Ludueña Campos  y las vocalías,  Reneé Fernández, Alicia de los Ángeles Mercau y Daniel Mauricio Mariani.

Fernando Basanta,  César Neil y Marcela Ramos, son los nominados para sumarse al plantel de cinco jueces supremos. El orden sucesivo de la terna no surge en mérito de concursos, exámenes, o audiencias públicas a las que se hayan sometido los postulantes sino por la circunstancia alfabética que ordenan las iniciales de sus apellidos.

De todos modos Basanta encabeza el otro ránking y el más determinante en estos casos,  el de las preferencias del oficialismo que en la legislatura encarna el bloque mayoritario del Frente de Todos que difícilmente divida sus opiniones -y sus votos- ante un pedido formal de la gobernadora Alicia Kirchner, y a la exigencia política de Cristina y Máximo Kirchner.

Además, el postulante reúne todas las condiciones que exige el manual de procedimientos K a la hora de elegir jueces.

A diferencia de sus colegas aspirantes al cargo, el actual Fiscal  y exministro de Gobierno de Alicia Kirchner es un fiel adherente al kirchnerismo y a su vertiente generacional La Cámpora, una marca registrada que abre puertas a la hora de ocupar cargos en el Estado y sobre todo en decisivos espacios de poder.

A Basanta  le sobran los motivos para representarse a sí mismo sentado en uno de los cómodos y cotizadísimos sillones que ocupan los vocales del Tribunal Superior,  sin más requisitos que la fidelidad partidaria y una incondicional disposición a obedecer debidamente los dictados de quienes lo favorecieron con su designación.

Carlos Zannini, es un espejo en el que se puede reflejar Basanta. El ahora Procurador del Tesoro Nacional, reocorrió el mismo trayecto en Santa Cruz en 2002 cuando se teletransportó desde su banca de diputado provincial a una vocalía en el  Tribunal Superior -al que luego llegó a presidir, naturalmente- sin haber ejercido la abogacía en el fuero local. 

La casi certeza de que Fernando Basanta será quien resulte electo para integarar el TSJ,  relega e invisibiliza injustamente a los otros dos postulantes, César Neil y Marcela Ramos, ambos  funcionarios del poder judicial y en el caso de la dra Ramos con el antecedente de haber ejercido la secretaría del Tribunal, mientras que el doctor Neil, es actualmente Secretario de Superintendencia y Jurisprudencia del TSJ. 

Es la militancia que se impone a la meritocracia.