opinion.
Los que pueden pagar un colegio privado, son los únicos que tienen derecho a estudiar en Santa Cruz.
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* Por Sergio Bucci
Hace tiempo que vengo sosteniendo que la crisis estructural, social y especialmente económica en la provincia de Santa Cruz está destruyendo de manera rauda la educación pública.
Venimos de un 2016 en el que los alumnos tuvieron menos de 90 días de clases en Santa Cruz y vamos hacia un 2017 muy desalentador que nos muestra un panorama desolador, de aulas vacías en todos los rincones de nuestra querido y sufrido pedazo de suelo.
Si preguntamos los culpables, hay muchos, especialmente un gobierno con poca legitimidad social y moral, que no está en condiciones de pedir a los docentes esfuerzos cuando no les paga los sueldos en tiempo y forma, cuando no abre paritarias o ni siquiera llama al diálogo mediante el famoso Acuerdo Social Educativo, que según el gobierno, buscaba que participaran todos los actores que intervienen en la Educación Pública y Privada Provincial en sus distintos niveles y modalidades, y que deseaba evaluar y fortalecer la continuidad, calidad, y contenidos en el proceso de enseñanza, algo tan “serio” que ni siquiera, algunos diputados de la bancada oficialista sabían que lo habían votado en octubre del 2016 y vale mencionarlo, hasta la fecha nunca funcionó.
En su discurso inaugural, Alicia K dijo que durante todo el 2016 habían logrado un diálogo inteligente y permanente con casi todos los trabajadores de la provincia, pensando según ella, que primero estaba Santa Cruz. Diálogo tan inteligente, que en nuestra provincia tuvimos menos de 90 días de clases y los chicos, ante tan poca asistencia “casi” perdieron el año escolar.
Mientras esto sucedía, los padres y la sociedad de Santa Cruz miraban o mejor dicho miran atónitos una realidad que los atropella, los dejan sin reacción y también sin futuro, porque nadie puede negar que sin educación no hay futuro para nadie en Santa Cruz.
A una semana de empezar las clases y a día 13 de Marzo, todavía casi ningún pibe en la provincia pudo pisar las aulas, siquiera 5 minutos, tampoco, ningún docente ha cobrado su sueldo y no sabe cuándo le llegará el turno del sorteo en el que salga su esperada bolilla de la suerte.
A una semana de estar sin clases en las escuelas públicas, las privadas de Santa Cruz rebasan de gente que buscan por lo menos, que sus hijos tengan clases todos los días, tanto ha sido el éxodo de alumnos, que prácticamente no hay cupos a pesar del alto costo que conlleva a una familia que sufre la depreciación de su sueldo por la inflación, pagar una cuota mensual.
Es 2017 y el gobierno de Santa Cruz, no está en condiciones de garantizar la educación pública, generando la desigualdad social más grande de la historia de la provincia, algo jamás pensado, después de una “década ganada tan inigualable”, en la que nos decían que fuimos casi los mejores del mundo, arriba de dos grandes potencias como lo son Alemania y Australia y que hoy, aquí, en Santa Cruz, donde nos gobiernan aquellos visionarios que tanto nos mintieron y se corrompieron, y que nos siguen destruyendo el futuro de toda una generación desmantelando la única herramienta que tienen los chicos para surcar las grandes desigualdades del mañana, la única posibilidad que tienen de salir de la desidia, del plan social, de la pobreza estructural.
A 14 meses de gobierno Kirchnerista en Santa Cruz, hay mucha gente que se quiere exiliar. Sin sueldos, sin clases, sin salud, con servicios básicos cada vez más insatisfechos, y con mucho cansancio, sumado a que son cada vez menos las respuestas del gobierno provincial. Por ello, ya casi caídos en el nihilismo, la gente está pensando en cruzar los límites, salirse y buscar un lugar, una tierra con oportunidades y no de oportunistas de turno…
En busca de un lugar donde la educación sea política de estado y no de especulación.
*El autor es diputado provincial