Alicia y el infierno Alicia Kirchner llegó a duras penas al final de un año atravesado por las crisis permanentes generadas. La falta de pago de salarios y la inhabilidad para negociar paritarias, derivaron en paros que resintieron la educación, la salud, y la seguridad. El gobierno privilegió la discusión a las políticas de estado. El cuadro negro de la gestión de la hermana de Néstor Kirchner se completa con que a la fecha aún no se abonaron los haberes de diciembre a los jubilados, y los servicios esenciales que debe brindar la Caja de Servicios Sociales se encuentran afectados por cortes en el suministro de medicamentos, y el cobro de coseguros de entre 200 y 300 pesos por cada consulta médica. El relato de la "la provincia quebrada" con la que dice haberse encontrado y sorprendido la gobernadora, heredada de Daniel Peralta su antecesor y compañero de fórmula en el marco de la ley de lemas, se cae no solo por contradictorio sino por mal intencionado y burlón. La excusa de que el responsable de todos los males de Santa Cruz se llama Mauricio Macri es igual de endeble. Solo comprensible en una provincia favorecida durante 12 años con el envío indiscriminado de asistencias financieras para pagar sueldos y  campañas proselitistas, y con fondos para obras públicas que en gran parte iba a parar a los bolsillos de los funcionarios . Las fotos de estos días del procesamiento y embargo multimillonario de Cristina Fernández , Lázaro Báez, y una docena de ex funcionarios K en nación y en la provincia, es la síntesis histórica de un proyecto político que llevó a los Kirchner a la cima del poder nacional y  hundió a Santa Cruz en las profundidades del infierno de las oportunidades perdidas. En el medio pasaron 25 años, un cuarto de siglo perdido.