Por Mario Novak.- La decisión de Parques Nacionales de llevar adelante el exterminio de las vacas del Glaciar, ganado bovino criollo patagónico, reabre una discusión más profunda que abarca aspectos históricos, ambientales, económicos y de desarrollo en Santa Cruz.
Es que el ganado bovino criollo patagónico que habita en la zona de Bahía Onelli, es el último exponente con mayor grado de pureza que se encuentra en nuestro país. Desde fines del siglo XIX se instaló en la zona del Glaciar, que por entonces no era Parque Nacional y comenzó un proceso de desarrollo por selección natural.
Su rusticidad lo hace resistente al clima de crudos inviernos, se acostumbró a vivir en la altura de los cerros adaptando sus pezuñas y desarrolló un tupido pelaje que la protege de las bajas temperaturas.
A mediados del año 2003, la Revista Viva, del Diario Clarín relevaba la situación de las vacas del glaciar en esta nota que reproducimos en sus aspectos más destacados..
¿ Como llegaron hasta los glaciares patagónicos?
A fines del 1800, con los primeros colonos. Sixto Waldy, un inglés de los muchos que poblaban las costas del Lago Argentino, se afincó en Bahía Onelli. Usó el camino del arreo que hacían los tehuelches para llevar 80 vacas criollas desde La Pampa. Y las cruzó en barco de madera, de una orilla a la otra. En 1937, cuando se creó el Parque Nacional Los Glaciares, quienes se habían instalado dentro del perímetro (726.900 hectáreas) tuvieron que irse. Entre ellos, Waldy. Se llevaron lo que pudieron; las vacas quedaron aisladas.
Desde entonces, pasaron una fantástica transformación para adaptarse a las durísimas condiciones de vida (clima extremadamente frío, poca comida, suelo escarpado y montañoso). Desarrollaron un pelaje larguísimo (tipo bos taurus, con todas las combinaciones posibles); se acostumbraron a comer poco y distinto (líquenes y brotes en lugar de pasto); se convirtieron casi en equilibristas para andar por senderos de cornisa.
Algunos dicen que para eso adaptaron sus pezuñas. Pero en realidad, algunas vacas pueden presentan pezuñas tipo zapato chino: "Un defecto muy poco frecuente, pero que no es propio de estos animales, sino que está presente en todas las razas de bovinos", apunta el ingeniero zootecnista Rubén Martínez, profesor adjunto de la Cátedra de Genética Animal de la UNLZ. Un punto que asombra a los científicos es la plasticidad que muestran para adaptarse al medio. Por ejemplo, cuando las traen a Buenos Aires, al poco tiempo el pelo se les acorta. Aunque el dato más impactante es que no dejan de reproducir. "Desde el punto de vista zootécnico, es la única raza presente en la Argentina adaptada a las muy duras condiciones climáticas reinantes en esta región austral, se lee en la declaración hecha por los diputados.
Vacas criollas patagónicas, ganado bagual, vacas salvajes. Ostentan cuernos enormes donde cada anillo es un año de vida; son altos de grupa, huesudos, toscos. Una vaca adulta pesa 450 kilos; un ternero al ser destetado, 200 kilos, y un toro adulto, 650. En general, son esquivos al contacto con los humanos.
La potencialidad genética.
A principios del año dos mil, científicos y profesionales de las Universidad de Lomas de Zamora lograron el rescate de más de dos centenares de ejemplares y comenzaron un trabajo de multiplicación que llevo animales de esta especie a escuelas agrotécnicas de la provincia de Buenos Aires en su gran mayoría.
La falta de políticas de estado en este sentido, hace que el riesgo de desaparición de esta raza sea la posibilidad más alta. Con ello se iría un proceso que historia y naturaleza concretaron sin intervención humana, en especial la gubernamental.
En la búsqueda de este equilibrio, lo ideal sería rescatar la mayor cantidad de ejemplares fértiles y en capacidad de reproducir, para mantener puro el Bovino Criollo Patagónico y que sirva como base para el desarrollo de un biotipo santacruceño, a partir de la hibridación de las razas adaptadas a nuestra geografía.
A mediados del año 2007 la Licenciada en Biología, Gisela Novack, presentaba a las autoridades provinciales el denominado Proyecto Genético Brahsan, tendiente a la creación de una raza propia de Santa Cruz, con mayor robustez y producción cárnica, lo cual redundaría en el crecimiento del rodeo bovino en la provincia.
Otro de los objetivos plateados consistía en lograr ejemplares de mayor peso que fueran terminados y faenados en la provincia, superando el histórico bache de traslado hacia los valles de Chubut de nuestro ganado para engorde y retorno a la provincia lo cual encarece los costos de la carne local.
Se planteaba también la construcción de plantas de alimentos balanceados a partir de sectores de acopio que estarían en los puertos santacruceños, agregando valor a los productos primarios, generando trabajo en una cadena de valor que el mundo demanda.
Finalmente se proponía explotar a nivel mundial la ventaja que tiene Santa Cruz al ser zona libre natural de aftosa , por su ubicación detrás de la barrera del Río Colorado, otorgando un valor orgánico a la carne local.
*Periodista