Javier Perez GallartPor Javier Pérez Gallart.- A nadie le escapa que parte de la fragilidad de origen del gobierno de Santa Cruz obedece a la Ley de Lemas. Quien ganó no ganó y se sumaron los votos de quienes dicen que vienen como salvadores del descalabro de la provincia, ¡con aquellos que produjeron aquel descalabro! Así, Alicia es hoy gobernadora. Cierto es que sin legitimidad de origen, el gobierno se puede consolidar con legitimidad de ejercicio, esto es, desplegar medidas que nos encaminen a los santacruceños a superar una de las peores crisis de nuestra historia. Pero si algo caracteriza a esta administración es la falta de rumbo para superar la crisis. Si hoy mencionamos a Basanta, García, Donnini, Vessvessian y Martínez, a muchos les sonará como el banco de suplentes de un club de futbol de la B. Sin embargo, se trata de los Ministros del Poder Ejecutivo Provincial que sin ideas naufragan en la intrascendencia. Por otra parte, Santa Cruz está cruzada de sur a norte por conflictos políticos, sociales, gremiales e institucionales. Con respecto a los políticos, todavía no alcanza a resignarse con que el Presidente es Macri y debe ser la Gobernadora -quien debe asumir que es tal- quien establezca un diálogo institucional con él, y no desresponsabilizarse e indicar que la oposición debe realizar esta tarea. En lo social, es critica la situación de los sectores más pobres e invisibilizados de la población: niños y niñas de pequeños hogares en estado de abandono, comedores escolares cerrados, escuelas en franco deterioro, sectores vulnerables sin asistencia de ningún tipo, ciudades sin agua, un Ministerio de Desarrollo Social paralizado que no encuentra funciones y tareas. Por otra parte, sigue un organismo clave como la Caja de Servicios Sociales intervenida sin asegurar prestaciones a sus afiliados. Por el contrario se ponen cada vez más obstáculos para acceder a ellos, en cuanto a los hospitales se precarizan sus estructuras, vacíos de profesionales e insumos. En lo gremial, se ignora la alta conflictividad que hoy repercute en la totalidad de las actividades, en particular las del sector público, en demanda de mejoras salariales que tornen dignas sus tareas, a lo que responden desde el Ejecutivo con una oferta salarial insultante, que en vez de superar los conflictos los agravan. A esto se suma que no se establecen diálogos paritarios francos, sino que se minimizan estos ámbitos enviando funcionarios de bajo rango sin idea de negociar, sino a echar nafta al fuego. En lo institucional, pese al resultado de la última elección que indicó el camino del diálogo y no de la fractura, la Legislatura sigue actuando como una escribanía del Gobierno sin debatir ni consensuar los temas trascendentes de la provincia. Un ejemplo claro de esto es el tratamiento del Presupuesto a libro cerrado, sin discusión alguna; la negativa a tratar un nuevo sistema electoral que elimine la Ley de Lemas y la oposición de cobrarle más impuestos a los casinos de Cristóbal López, son otros ejemplos sustanciales. Por último, en estos días vemos cómo en el medio de una sociedad que día a día se fue empobreciendo, surgen figuras ligadas al poder, como Lázaro Báez -existiendo varios Lázaros en la Provincia- con un enriquecimiento patrimonial que no hace otra cosa que explicar en parte el empobrecimiento de la sociedad. Está claro que hoy, en  Santa Cruz, el problema es el de una profunda ineptitud para manejar asuntos de Estado, gestionar los conflictos, establecer diálogos transversales y tomar la decisión de que actúen mecanismos de control que elimine la corrupción que nos rodea. En toda esta tarea el Gobierno está ausente, por lo cual a la pregunta inicial sobre si "Alicia está", tal como se canta en las movilizaciones, la respuesta es: "No está". ¿Entonces? *Javier Pérez Gallart es Presidente de Encuentro Ciudadano.