La convergencia tecnológica y cultural, de manera similar, no es solo una tendencia contemporánea, sino un fenómeno profundamente transformador que tiene el potencial de integrar a las personas con discapacidad de forma igualitaria en la sociedad. Esta integración no debe verse solo como una cuestión de accesibilidad técnica, sino como un esfuerzo cultural y social para derribar barreras y crear un entorno inclusivo para todos. En este contexto, trabajos como los de Henry Jenkins, Ithiel de Sola Pool y Francisco Albarello, entre otros, son fundamentales para entender cómo la convergencia puede y debe ser utilizada para promover la igualdad y la inclusión.
Henry Jenkins, un académico de renombre en el campo de los estudios mediáticos y culturales, ha articulado el concepto de "cultura de la convergencia" para describir un entorno en el que los medios de comunicación y las plataformas tecnológicas se entrelazan, permitiendo a los consumidores interactuar con el contenido de maneras nuevas y significativas. Según Jenkins, la convergencia no es solo tecnológica, sino también cultural, permitiendo una mayor participación y colaboración. En su libro "Convergence Culture: Where Old and New Media Collide" (2006), Jenkins argumenta que la convergencia permite una interacción más dinámica entre los productores y consumidores de contenido. Esto crea un entorno en el que las personas pueden participar activamente en la creación y difusión de contenido, en lugar de ser simples receptores pasivos. Para las personas con discapacidad, esto significa que tienen más oportunidades de expresarse y de influir en la cultura mediática dominante.
Ithiel de Sola Pool, un pionero en el estudio de las telecomunicaciones y la convergencia tecnológica, destacó cómo las tecnologías de comunicación están cada vez más integradas. En su obra "Technologies of Freedom" (1983), Pool explora cómo la convergencia de las tecnologías puede democratizar el acceso a la información y a los recursos. Este enfoque es particularmente relevante para las personas con discapacidad, ya que la tecnología puede eliminar muchas de las barreras físicas y de comunicación que enfrentan. Pool argumenta que la convergencia tecnológica permite una mayor flexibilidad y accesibilidad en la comunicación. Las herramientas tecnológicas pueden ser adaptadas para satisfacer las necesidades específicas de los usuarios, lo que es crucial para las personas con discapacidad. Por ejemplo, las tecnologías de asistencia, como los lectores de pantalla y los dispositivos de entrada alternativos, permiten a las personas con discapacidades visuales o motrices interactuar con la tecnología de manera efectiva.
Francisco Albarello ha contribuido significativamente a la comprensión de cómo la convergencia digital puede promover la inclusión social. En su trabajo "Comunicación, educación y nuevas tecnologías" (2011), Albarello examina cómo las tecnologías digitales pueden ser utilizadas para mejorar la educación y la participación social de las personas, enfatizando sobre la necesidad de un enfoque inclusivo que considere tanto las capacidades tecnológicas como las dimensiones sociales y culturales. Según Albarello, la convergencia digital ofrece oportunidades sin precedentes para la inclusión, siempre y cuando se adopte un enfoque holístico que abarque la accesibilidad técnica, la educación y la participación comunitaria. Esto implica no solo proporcionar las herramientas tecnológicas necesarias, sino también crear un entorno educativo y social que apoye y fomente la participación activa de las personas con discapacidad.
La integración de la convergencia tecnológica y cultural, tal como lo proponen Jenkins, De Sola Pool y Albarello, puede transformar radicalmente la forma en que las personas con discapacidad participan en la sociedad si se trabaja desde un enfoque multifacético que aborde tanto las barreras tecnológicas como las sociales, entendiendo a la accesibilidad tecnológica, como un componente crucial para la integración. Esto incluye el desarrollo y la implementación de tecnologías de asistencia que permitan a las personas con discapacidad interactuar con la tecnología de manera eficaz mediadas por tecnologías de asistencia como los lectores de pantalla, las prótesis inteligentes y los dispositivos de entrada alternativos.
Sin embargo, la accesibilidad tecnológica va más allá de los dispositivos individuales. También implica el diseño de plataformas y aplicaciones que sean accesibles para todos, debiendo incluirse el uso de estándares de accesibilidad, como las Pautas de Accesibilidad para el Contenido Web (WCAG), y la incorporación de principios de diseño universal que consideren las necesidades de todos los usuarios desde el principio. La convergencia tecnológica y cultural en discapacidad facilita la participación y la colaboración con las plataformas digitales que permiten participar activamente en la creación y difusión de contenido. Esto no solo les da una voz en la cultura mediática, sino que también les permite influir en la percepción pública de la discapacidad.
La participación activa de las personas con discapacidad en la cultura mediática puede tener un impacto significativo en la inclusión social. Al producir y compartir contenido, las personas con discapacidad pueden desafiar los estereotipos y promover una comprensión más inclusiva de la discapacidad. Asimismo, la colaboración en línea permite la formación de comunidades y redes de apoyo que pueden proporcionar recursos y apoyo emocional. La educación y la capacitación son esenciales para aprovechar plenamente las oportunidades que ofrece la convergencia tecnológica, incluyendo tanto la educación formal como la capacitación en el uso de tecnologías específicas por medio de instituciones educativas que deben adoptar un enfoque inclusivo considerando las necesidades de los estudiantes con discapacidad y les proporcione las herramientas y apoyo necesarios para tener éxito.
La capacitación en el uso de tecnologías de asistencia y plataformas digitales es igualmente importante, incluyendo la capacitación técnica, la capacitación en habilidades de comunicación y colaboración en línea. Al proporcionar estas habilidades, las personas con discapacidad podrán participar plenamente en la sociedad digital mediados por la implementación de políticas y legislación que apoyen esta inclusión que es crucial para la integración de las personas con discapacidad, incluyendo leyes y regulaciones que promuevan la accesibilidad en el diseño de tecnología y la provisión de servicios.
Las políticas también deben fomentar la participación activa de las personas con discapacidad en la toma de decisiones. Esto puede incluir la creación de comités y consejos asesores que incluyan a personas con discapacidad y la consulta con estas comunidades en el desarrollo de políticas y programas. La convergencia tecnológica y cultural ofrece un potencial significativo para la integración de las personas con discapacidad en la sociedad.
la Ley 26.653 (2010), dispone que el Estado nacional, entiéndanse los tres poderes que lo constituyen, sus organismos descentralizados o autárquicos, los entes públicos no estatales, las empresas del Estado y las empresas privadas concesionarias de servicios públicos, deben de disponer de plataformas accesibles en el acceso a la información para las personas con discapacidad, lo cual en un 95% no se cumple, enajenando y discriminando a todos aquellos que no son contemplados por derecho y como dispone la legislación.
En última instancia, la convergencia tecnológica y cultural tiene el potencial de transformar no solo la vida de las personas con discapacidad, sino también la sociedad en su conjunto, creando un entorno en el que la diversidad y la inclusión sean la norma y no la excepción. Es esencial que continuemos explorando y desarrollando estos conceptos, para asegurar que la tecnología y la cultura convergentes se utilicen para empoderar a todas las personas, independientemente de sus capacidades físicas o mentales. La convergencia tecnológica y cultural no es solo una tendencia contemporánea, sino un fenómeno profundamente transformador que tiene el potencial de integrar a las personas con discapacidad de forma igualitaria en la sociedad. Esta integración no debe verse solo como una cuestión de accesibilidad técnica, sino como un esfuerzo cultural y social para derribar barreras y crear un entorno inclusivo para todos.
Crédito: Argentina gob ar
Doctorando Mg. Gustavo Fulco Ramos
Especialista en Comunicación Institucional y Discapacidad
Profesor Universidad Argentina de la Empresa (UADE)