LA NACIÓN / Mariela Arias.-
EL CALAFATE, Santa Cruz.- El guanaco es una de las especies que fue incorporada a la lista de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS). La decisión, que aumenta su condición de especie protegida y fue aprobada en una reunión de Uzbekistán, planteó una controversia en Santa Cruz donde la sobrepoblación de guanacos en campos y rutas de la provincia hace años que tiene en vilo a los productores de ganado ovino, hogar del 85% de la especie en el mundo.
La medida, celebrada por los ambientalistas, trajo preocupación en los sectores vinculados a la actividad ganadera ovina en la provincia ya que temen que pueda entorpecer el Plan Provincial del Manejo del Guanaco (PPMG) vigente desde 2015 y que suele ser resistido por las organizaciones verdes. El Consejo Agrario Provincial, la máxima autoridad oficial en materia de fauna animal, no fue consultado, ni tampoco se tuvo en cuenta el plan de manejo de la especie que apunta a la convivencia de la fauna silvestre con la ganadería ovina.
“El guanaco no está en riesgo, no es una especie en extinción, hay recuentos, basta con transitar las rutas patagónicas y ver la cantidad de accidentes que hay para saber que no está en extinción”, aseguró a LA NACION Enrique Jamieson, productor y vicepresidente de la Federación de Instituciones Agropecuarias de Santa Cruz (FIAS). El productor expresó que en el sector no tomaron bien la medida de incluir al guanaco en la lista de la CMS. “No estamos de acuerdo, no fuimos consultados y para eso hay que consultar a las personas que tiene a su cargo la dirección de fauna en la provincia y en la Nación”.
La situación productiva del campo provincial está en decaída desde hace por lo menos 15 años, hay establecimientos que hoy están a un 50% de lo que fue la carga histórica. “Hay campos donde antes había 10.000 animales y ahora no llega a 5500, los productores fuimos ajustando la carga para que haya pastizales, pero nosotros bajamos y los guanacos aumentan y compiten en el alimento con las ovejas”, detalló Jamieson, quien conoce al detalle los campos productivos de la provincia.
“Todos los extremos son malos. Los productores no quieren eliminar al guanaco y tampoco quieren que lo único que quiere que haya en el campo, sean guanacos”, explicó el productor y aclaró que ellos plantean que se aplique un esquema que permita extraer guanacos de los campos para poder volver a tener ovinos. “No queremos eliminar a los guanacos, queremos poder coexistir con ellos”, afirmó.
El Plan Nacional del Manejo Sustentable del Guanaco (PNMSG) permite la extracción de animales para ser faenados en los frigoríficos siguiendo un protocolo previo. Desde que se inició el plan en 2015 se han faenado en total poco más de 10.000 animales, según datos oficiales a los que accedió LA NACION, a un promedio de 1292 animales por año.
Por estas horas los representantes provinciales de las áreas productivas de la Patagonia solicitaron a las autoridades nacionales una flexibilización del plan de manejo para que los emprendimientos comerciales vinculados al guanaco, puedan tener una perspectiva económica real en la explotación del guanaco como un recurso.
En este contexto, días pasados desde el Consejo Agrario se habilitó la temporada de caza desde el 1 de abril donde se permite cazar dos guanacos por cazador por día y un zorro y un puma por semana. La decisión, similar a la que cada año se anuncia, levantó ahora una fuerte polémica entre las organizaciones ecologistas que replicó en las redes sociales que calificaron la decisión de masacre, y ahora llegó a la legislatura provincial, pidiendo anular la caza.
¿Superpoblación o especie en peligro?
Desde el Consejo Agrario Provincial, la directora de Fauna, Amanda Manero, confirmó a LA NACION que la provincia no fue consultada oficialmente para que el guanaco sea incorporado en el Apéndice II de CMS y consideró que en principio no debería afectar la tarea que desde el 2016 desarrollan dentro del plan de manejo de la especie. En diciembre concluyeron el relevamiento que realizan cada cuatro años, y en este momento se encuentran analizando la información. Del análisis de estos datos están participando científicos de la organización ambientalista Wildlife Conservation Society, que también tiene sede en Argentina.
Manero, con décadas de experiencia en el tema, aseguró que en los últimos años llevan relevados casi 70 establecimientos en la provincia. “De acuerdo a nuestra información que surge de los relevamientos que realizamos desde el 2016, y la de los propios ganaderos, vemos que cada vez hay más guanacos en los campos”, expresó.
Por citar un ejemplo, en un campo que fue relevado, en las cercanías de la localidad de Piedra Buena, de 30.000 hectáreas con una carga de 1400 ovejas, tiene 8000 guanacos. Y han registrado números aún mayores.
“Hoy el productor tiene un tema bastante particular, no está en contra del guanaco, sino en contra de la cantidad de guanacos. Si hay alguien que vela por la fauna siempre ha sido el productor, somos grandes observadores de lo que es nuestro campo y miramos mucho el suelo. Y cuando vemos que se va degradando el suelo, vas ajustando las cargas en el ovino”, señaló Jamieson. Añadió: “Hay que preguntarse si queremos una provincia productiva a nivel agropecuario o solo con guanacos”.
De Uzbekistán a la Patagonia
En febrero pasado, en la ciudad de Samarcanda, Uzbekistán, la CMS, -una plataforma global para la conservación y el uso sostenible de especies migratorias y sus hábitat, bajo los auspicios del Programa de las Naciones Unidas - incluyó al guanaco en su lista, en el Apéndice II reservado para “especies migratorias cuyo estado de conservación es desfavorable y que requieren acuerdos internacionales para su conservación y gestión”.
Stuart Blake, biólogo santacruceño, dueño de la estancia Killik-Aike Norte, se alarmó al trascender la noticia y tras consultar con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), quien hace un análisis científico de las propuestas que se presentan en las Conferencias de la CMS, le confirmaron que la moción para incluir al guanaco en el Apéndice II no había surgido desde la Argentina.
“Cuando leí la propuesta elevada a la CMS me quedé boquiabierto, no lo podía creer: es una colección de falsedades, invenciones, citas incorrectas y tantos otros errores. Para empezar, el documento es anónimo: dice “presentado por los gobiernos de Bolivia, Chile, Paraguay y Perú” pero no lista el autor o ninguna institución. Y el hecho de que esa lista no incluye a la Argentina, que alberga un 85-90% de la población mundial de guanacos, no parece haber sido un problema para esta convención de expertos mundiales”, respondió por correo electrónico a LA NACION.
Blake pertenece a las familias que poblaron los primeros campos de Santa Cruz a finales del siglo XIX, nació y creció en un campo cercano a Río Gallegos, y, si bien reside en Inglaterra – estudió Biología en la Universidad de St Andrews, en Escocia- donde hizo su carrera en la intersección entre la informática, la genética y la Big Data, cuando puede vuelve a Santa Cruz al campo que conduce su hermano, y sigue con preocupación la desertificación de los campos santacruceños.
En referencia al documento que avaló la inclusión del guanaco al Apéndice II de la CMS, Blake refirió: “Dice que el ‘95% de la Patagonia árida Argentina son campos privados con alambrado eléctrico’. La proporción de alambrados que son eléctricos es ínfimo – cuestan un dineral, y simplemente no hacen falta para encerrar la oveja. Y a continuación dice que los alambrados causan la muerte de 15-20% de guanacos jóvenes, esto es totalmente falso: 1-2% como máximo, generalmente mucho menos. Y así podría seguir enumerando las falsedades en las 23 páginas de la propuesta, un documento formal elevado y aceptado por una importante convención mundial creada bajo tratado de la ONU”.
¿Cómo podría afectar a la actividad ganadera en Santa Cruz esta medida? Para Blake, “no hay duda de que hay intereses que quieren que prospere el guanaco a expensas de la oveja, con esta inclusión, esos intereses pueden reclamar que hay que cuidarlo aún más al guanaco”. Agregó: “Más que las consecuencias ganaderas, me preocupan las consecuencias ecológicas: el ganadero puede controlar el número de ovejas en su estancia. Simplemente no lo puede hacer con los guanacos”.