La asunción de Edgardo “Tito” Parada en la Gerencia de Canal 9 de Río Gallegos abre el espacio para analizar el presente de uno de los medios públicos – sino el más importante - con que cuenta la estructura del estado provincial. Está claro que le deseamos el mayor de los éxitos al amigo “Tito”, a quien conocemos de su paso por distintas esferas en canales de Río Gallegos y también de Ushuaia y la Zona Norte de Santa Cruz.
Sin embargo es preciso reflexionar sobre el estado actual de la emisora televisiva. Con un escasísimo nivel de audiencia en la capital y el resto de la provincia Canal 9 no ha logrado armonizar un perfil de pantalla que atraiga los televidentes, sumando además una deficiente emisión con niveles de audio y color defectuosos. Para expresarlo con claridad, no convoca, ahuyenta.
El que otrora fuera el medio televisivo por excelencia no puede en la actualidad hilvanar un contenido de programación que convoque a la población. Las premisas en un canal de televisión son la información y el entretenimiento. Criterios errados se utilizaron en el pasado intentando emular cadenas de noticias con flashes informativos, como si la noticia que se emitia fuera de una trascendencia impactante y en realidad no llegaba a ser siquiera un mensaje de “servicio a la comunidad”.
Solamente cumpliendo el ejercicio de observar como proceden los medios nacionales y regionales con sus pantallas, sosteniendo las premisas fundamentales que indican que la televisión es un instrumento de comunicación, información y distracción. En principio, comunicar es, etimológicamente, convertir algo en común. Por tanto, la comunicación es, en su acepción primera, el paso de lo individual a lo colectivo.
Esto significa que en ella deberíamos encontrar desde los programas formativos o educativos, las noticias y también la distracción de series y películas, entre otros aditivos. Nada de esto ocurre en la actualidad y si ha sucedido en el pasado, fue por el simple impulso de los trabajadores de la comunicación.
Muy lejos quedaron aquellas producciones de los 80 con programas que mostraban las localidades del interior provincial, su gente y su idiosincrasia. La televisión se convirtió en un acompañante infaltable de las autoridades en sus visitas a las distintas poblaciones pero, lamentablemente su actividad comenzaba y concluía con el accionar de las autoridades del gobierno central.
Nada de eso ha variado y lo que es peor se ha agravado. Al decaimiento de las políticas comunicacionales se le sumó la modificación de la legislación vigente. La antigua Ley de Autarquía Funcional y Financiera de Canal 9 fue modificada, dando paso a la creación de la renombrada Agencia de Medios Santacruceños ( A.M.A.)¿Qué se logró de todo lo promocionado…? Nada en absoluto, solo la ampliación de la planta funcional del estado y la degradación de las estructuras existentes en LU 14 y Canal 9 ).
La Ley de Autarquía Funcional y Financiera de la televisora provincial nació a partir de la acción de los propios trabajadores, que después de obtener su nuevo status jurídico lograron que Canal 9 junto a sus similares de La Rioja y Chubut pudieran emitir publicidad, algo vedado hasta ese momento por la ley de Radiodifusión 22.285 de la dictadura militar.
La aspiración de producir contenidos que narren la historia y promuevan la cultura de Santa Cruz quedó en eso, solo una aspiración. Pero por el lado de Canal 9 y LU 14 debieron acatar lo dictado en la Ley AMA, que a partir de su sanción impidió la producción y emisión publicitaria. En el caso de la emisora televisiva tenía la posibilidad de recibir pauta de la Secretaría de Medios de la Nación, así como también anunciantes locales y nacionales, lo que representaba la posibilidad de amortizar los gastos que demande el funcionamiento de las distintas áreas.
Con LU 14 y Canal 9 fuera del esquema publicitario hubo sectores beneficiados como los medios privados más importantes: el grupo La Opinión Austral con su diario y las radios LU 12 AM y FM Laser, por un lado y por el otro el diario Tiempo Sur y la emisora FM Tiempo. Todavía se especula con el hecho que los dueños de los medios mencionados con anterioridad tenían familiares en el gobierno que por entonces encabezaba Alicia Kirchner.
Este proceso destructivo tuvo sus efectos en el personal de televisión que se encuentra en situación pasiva al que nuevamente le ha sido modificado su régimen para la percepción de haberes, pese a que han pasado al sector pasivo trabajando y aportando a un régimen jurídico distinto.
¿Si era buena la iniciativa de crear una estructura de estas características…? La respuesta es sí, con la salvedad que podía ser acordada con su forma jurídica anterior, enlazando las áreas de Canal 9, LU 14 y la Secretaría de Medios con una planificación coordinada y con políticas determinadas.
Lo que en particular necesita Canal 9 de forma prioritaria es poner en marcha una programación que reconquiste a los televidentes y volver a conectar los distintos puntos cardinales de la provincia con productos que atraigan a los habitantes de Santa Cruz.
También en las nuevas tecnologías debe darse un aprovechamiento que permita la producción de nuevos contenidos para emisión y redes sociales, pero también es menester la sanción de una Ley de Medios Públicos en la provincia. No alcanza con las menciones despectivas a "los pasquines digitales" que suelen escucharse en los discursos de la Legislatura provincial, sino avanzar en los hechos construyendo sobre lo construido, algo que hace décadas no se viene haciendo.
Por eso como indica el título de este artículo: “A cruzar los dedos”…