* Por Patricia Arias
Se hace necesario tensionar ideas que tienden a persistir promoviendo la posibilidad de ampliar los modos en que ‘vemos’ a los sujetos que aprenden y el modo en que ‘percibimos’ a los enseñantes. Para ello, se incluirán ideas que como una red posibiliten hacer pensables creencias o conocimientos de sentido común; ¿cuáles son algunas condiciones para que se produzca el aprendizaje?, ¿qué papel juegan los sujetos que enseñan?, ¿de qué manera el contexto socio-cultural ha ido cambiando y cambia los modos en que se produce el proceso de enseñanza-aprendizaje?.
Es importante interrogar la posición de los enseñantes como productores de sentido, ¿qué desea ofrecerle el que enseña al otro que aprende?, o bien, se naturaliza un hecho que persiste en formatos que no abren preguntas nuevas frente a escenarios transformados.
Si pensamos en la cinta de Moebius, podemos asociar lo ‘infinito’ y el vínculo. Adentro y afuera coinciden y hacen al sujeto, referirse a un punto siempre alude a otro, el ir y venir siempre es constante. Desde esa metáfora, institución/educación/transmisión coinciden y se confunden; es imposible trazar una frontera que sea una línea demarcatoria entre adentro y afuera, institución y sujeto, entre subjetividad y socialización. Es en la metafórica cinta donde políticamente la sociedad da trámite institucional al enigma subjetivo: educar.
Entre alguien que enseña, el que aprende y el saber, se define un continente que tiene nombre, afecto y efecto. Una situación vincular donde debería alojarse la posibilidad de descubrir cuándo la ‘obra del aprender’ puede ser distinta, diversa, con otras herramientas que las establecidas por el sistema. Observamos con preocupación que, en estos tiempos, la generación de inquietud que motoriza el aprender, no se desplegaría por condiciones epocales que no están siendo analizadas para imprimir modificaciones ineludibles en los procesos educativos.
Son épocas tumultuosas que requieren abrir un ‘claro’ en ella, para pensar. Nos dice Bauman, que la interrupción, la incoherencia, la sorpresa son condiciones habituales en nuestras vidas. Se han convertido, incluso, en necesidades reales; no se tolera nada que dure, que permanezca. La sociedad se encuentra en estado transitorio, por ello el horizonte está abierto a una exploración limitada. Junto con la transformación viene la inmediatez, agrega el autor.
La escuela, representante social del saber, conserva formatos, prácticas, dispositivos, que responderían a otras condiciones epocales y que no tomarían en cuenta, además, las significativas transformaciones de las infancias que transitan los espacios institucionales.
La constitución de las infancias tensionada con la intervención de los adultos, es un posible analizador de las experiencias de niños y niñas que aprenden. En la actualidad se observan nuevas formas de experiencias sociales que modificaron las condiciones constructoras de la identidad de las niñeces. Un rasgo recurrente en las transformaciones, es la existencia de una identificación masiva de vivencias y experiencias adultas en el marco de simetrización de vínculos entre adultos y niñxs. Se transitan tiempos en que parecen dificultarse las funciones necesarias para acompañar el desarrollo infantil.
Las infancias aprendientes deberán apropiarse de la cultura en vínculos donde prime la confianza y la posibilidad de brindar puentes; en ellos el adulto enseñante creará condiciones favorables para potenciar la diversidad de recursos con que cada niño o niña cuente. Las generaciones nacidas en la videocultura adquieren aptitud para la lectura de imágenes; habilidades desequilibradas en relación con la incorporación de palabras que permitan pensar; asistimos a ruptura de imaginarios que interpelan la función de los enseñantes.
Vasen (2022) nos invita a pensar que, la formación está jaqueada por solicitudes de un presente que posterga el disfrute. La idea conservadora de la escuela, se ve socavada por los dispositivos que traen información inmediata, abriendo una enorme distancia entre subjetividad mediática y estatal, entre tradiciones educativas y mediatización.
La perspectiva docente fundada en la asimetría de un saber instituido y niñeces que relativizan ese saber; una docencia acostumbrada a formas de transmisión habituales e infancias cada vez menos ‘moldeables’. Una época donde aumenta la distancia entre la fijeza de la formación disciplinaria y el bombardeo de estímulos móviles, diversos y simultáneos.
- Psicopedagoga. Magister en Salud Mental. Docente-investigadora