Se trata de uno de los atentados terroristas más cruentos en la historia de la Argentina, que provocó la muerte de 85 personas a causa de la terrible explosión que destruyó la sede de la mutual israelita en Buenos Aires.
El Gobierno de la Provincia de Santa Cruz adhirió al la Declaración de Duelo Nacional, que el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación Argentina, reunidos en Congreso, decretaron por Ley N° 27.744, “en homenaje a las víctimas del atentado terrorista perpetrado el 18 de julio del 1994, en la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA)”.
Hoy se cumplen 30 años de uno de los hechos que marcó a la Argentina: el lunes 18 de julio de 1994 la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, desarrollaba su actividad cotidiana. Eran las 9:52 de la mañana y el movimiento transcurría como era habitual, pero un minuto después, un coche bomba estalló contra la sede de Pasteur 633. La ciudad contuvo la respiración ante el estruendo. El ataque provocó la muerte de 85 personas, 67 estaban dentro del edificio y 18 caminaban por su vereda y alrededores. 300 heridos, 385 familias y toda una sociedad recuerdan el atentado. El dolor atravesó al mundo y jamás desapareció.
Por este motivo, la Ley N° 27.744 establece que se declara “el 18 de julio de cada año como Día de Duelo Nacional”. En la misma ley, se establece en su Artículo 2° que, en este día, “de todos los años la Bandera Nacional permanecerá izada a media asta en los edificios públicos”.
Además, en su Artículo 3°, se dispone que los establecimientos educativos primarios y secundarios de gestión estatal y privada, “organicen y desarrollen actividades conmemorativas para dicha fecha”.
Breve racconto
A 30 años de este ataque terrorista sobre la comunidad judía argentina, también se recuerda que dos años antes otro atentado atravesaba a las familias de nuestro país. El martes 17 de marzo de 1992 se producía el atentado contra la embajada de Israel en Buenos Aires, que dejó 29 muertos y 242 heridos.
En la AMIA, ubicada en el centro del barrio porteño de Once, funcionaban en el momento del terrible hecho varias importantes instituciones de la comunidad judía argentina. Estas eran, además de la Asociación Mutual Israelita Argentina que es una organización comunitaria central de la colectividad, que fuera fundada en 1894 (justamente se cumplía un siglo de existencia ese año del atentado), la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), que es la representación política del judaísmo argentino, y fuera fundada en 1935; y el Instituto Científico Judío (IWO), creado en la Argentina en 1928. Este último albergaba una gran biblioteca, un archivo histórico-cultural y un instituto de investigaciones judías.
En cuanto al edificio de Pasteur 633, fue inaugurado en 1945 y a la fecha de ocurrido el estallido de la bomba contaba con casi medio siglo de la historia judía en Argentina,
El estruendo
A partir de las 9:53 de ese lunes 18 de julio de 1994 comenzaron a sucederse escenas cruentas: largas horas de incertidumbre, dolor y tristeza. Toda una sociedad se acercó, se sumó a la búsqueda de los sobrevivientes entre los escombros. La solidaridad se multiplicó, ante este hecho tan vacío de humanidad, poniendo en evidencia las contradicciones del ser humano.
Los registros de esos días nos recuerdan la convocatoria del 21 de julio, y la respuesta a la misma para manifestar la indignación y el repudio, bajo el lema “De pié frente al terror. La auténtica solidaridad es hacer justicia”. En la tarde de esa jornada, en la Plaza de los Dos Congresos, alrededor de 150.000 personas, bajo la lluvia, sembraron de paraguas el lugar, para rechazar la inhumanidad.
Esta fecha del 18 de julio, como siempre ocurre, nos invita a la reflexión. Y nos convoca, una vez más, a decir “nunca más”.