LA NACIÓN / Mariela Arias.-
SANTA CRUZ.- Desde el 1° de noviembre, Puerto Deseado, en Santa Cruz, está paralizado por un bloqueo gremial que puso en riesgo la temporada de pesca. La falta de una solución del conflicto derivó en un problema aún mayor, que golpea a la gestión de Alicia Kirchner, pero también a la de su sucesor, Claudio Vidal. Las empresas mineras que operan en la provincia advirtieron que deberán trasladar sus cargas a través de puertos chilenos si la medida de fuerza se mantiene.
Hace tres semanas, el Sindicato Unido de Estibadores Portuarios Patagónicos (Suepp) impidió que se carguen 99 contenedores a un buque mercante que se retiró del puerto vacío sin llevar las producciones de exportación. Desde entonces, el puerto está paralizado. El jueves pasado otro buque que partió de Ushuaia y debía entrar a Deseado, siguió de largo y fue despachado directo a Montevideo. Los estibadores reclaman una actualización salarial e incluso se planteó hasta dolarizar los sueldos, casi como un eco de una de las propuestas electorales de Javier Milei, el presidente electo.
El sindicato está dirigido por Alejandro Blac y junto a la comisión directiva mantienen la medida de fuerza, en la que reclaman aumentar el valor del jornal por 6 horas de trabajo, que hoy oscila entre $35 mil y $38 mil pesos. LA NACION intentó sin éxito comunicarse con los gremialistas.
“Hablamos con todos, pero nadie se hace cargo, los del actual gobierno nos dicen ‘que lo arregle Vidal’”, explicó un empresario en diálogo con LA NACION, en referencia al diputado nacional y gobernador electo, Claudio Vidal, que asumirá el control de la provincia el 10 de diciembre.
El sindicalista Julio Gutiérrez, que integrará el futuro gobierno provincial a cargo del Ministerio de Trabajo, aseguró que a la situación de Puerto Deseado se llegó porque “hay un gobierno que está en retirada”. Gutiérrez es dirigente de la Unión del Personal de Seguridad de la República Argentina y es de los primeros gremialistas que se unieron a Vidal. “Si no se van a hacer cargo de sus responsabilidades que se vayan, que renuncien y dejen que asumamos las responsabilidades nosotros que tenemos ideas y por lo menos la vocación para solucionar los problemas”, presionó a la gestión saliente, a cargo del kirchnerismo.
“Es un gobierno que está de salida que esta de espalda a la gente, hace 8 años que esta de espada a la gente, pero no puede ignorar un conflicto que además está complicando la economía de una ciudad, no pueden mirar para otro lado”, se quejó el dirigente gremial. Tanto la actividad minera como pesquera están paralizadas hace tres semanas con perdidas económicas para las empresas, el puerto y la ciudad.
“Inseguridad jurídica”
A través de un comunicado, la Cámara de Armadores, de Pesqueros y de Congeladores de la Argentina asegurí que la medida de los estibadores les genera un perjuicio enorme. “No se puede cumplir con las ventas, facturar y, por consiguiente, tampoco cobrar ni cumplir con los compromisos pactados”, señaló. Además, consideró que la medida del sindicato de estibadores “muestra un total desprecio por las empresas que invierten, operan y emplean gente en la localidad, generando una inseguridad jurídica alarmante” para la actividad.
En esa misma línea, en una carta dirigida a la gobernadora Alicia Kirchner, la Cámara Minera de Santa Cruz, calificó de extorsivas las medidas de fuerza y aseguró que el paro de los estibadores afecta la descarga de insumos vitales para el desarrollo de la actividad y que la situación afecta seriamente la normal continuidad de la actividad minera en la provincia.
En la nota elevada por la comisión directiva de la entidad, a la que accedió LA NACION, la Cámara Minera advirtió que de no mediar solución deberían buscar vías alternativas para recuperar la normalidad en la cadena de suministros de los cuales no pueden prescindir. Si bien no lo explicitan en la nota, se refieren a volver a realizar el transporte por vía terrestre utilizando los puertos chilenos.
“Atento a que no solo están en juego intereses relativos al devenir de las compañías mineras, sino los de la propia provincia de Santa Cruz, venimos a solicitar de usted sírvase tomar las acciones que considere pertinentes, a fin de buscar reencauzar esta lamentable situación y, aunque el daño a la cadena de suministros ya se ha producido, evitar males mayores”, aseguraron los empresarios en la misiva dirigida a la gobernadora.
Desde las cámaras e instituciones que componen la Intercámara de la Industria Pesquera Argentina se reunieron con el subsecretario de Pesca de la Nación, Carlos Liberman, y expusieron la grave crisis generada a partir del paro de los estibadores locales. Desde la secretaría de Trabajo local se dictó una conciliación obligatoria que no fue acatada por el gremio.
“El pulmón económico del puerto es Puerto Deseado, el 99% de la actividad es de exportación, pero si las navieras deciden no entrar porque el puerto está parado, se va a terminar destruyendo la economía de pueblo”, aseguró a LA NACION Iván Mauri, gerente de Pesquera Santa Cruz, quien cuenta con 2600 empleados en todo el país. “No podemos darnos el lujo de parar ni un minuto, cuando nos bloqueamos debimos llevar por tierra la producción para sacarla por Puerto Madryn”, detalló.