Por: Mario Novack*

Crear normas y condiciones para iniciar el desarrollo sostenible en diversas áreas de producción de Santa Cruz es algo que el próximo gobierno debe poner en marcha de forma urgente.
Una reciente publicación en redes sociales acerca de la producción del primer aceite de oliva santacruceño tuvo una enorme repercusión y abrió el debate sobre el perfil productivo de Santa Cruz.

La creación de una cuenca olivícola en la zona de Tellier y Puerto Deseado se torna viable, ya que en ambos lugares se pueden encontrar olivos que hace poco tiempo dieron origen a la producción del primer aceite elaborado con aceitunas santacruceñas.

El procesamiento, que fue hecho en Comodoro Rivadavia, arrojó óptimos valores generando una gran cuota de esperanza de producción en la localidad portuaria.
Los responsables del proyecto fueron Judith Agostini y Adrián Juanola, este último con profundas raíces en Puerto Deseado.

La historia de ambos es muy interesante y su lucha para superar adversidades digna de destacar.
Adrián compró hace tiempo en la zona del kilometro 14 de Comodoro Rivadavia una fracción de tierra que finalmente resultó ser fruto de una usurpación, situación que derivó en la pérdida de lo adquirido por la estafa de la que fue víctima.

Sin embargo no se doblegó. Volvieron a ofrecerle una nueva parcela en un lugar donde había un basural, y él aceptó el desafío. Nada lo desviaría de su propósito de encarar la producción olivícola.

Pocos creían que aquel pedazo de tierra castigada por la naturaleza y abandonada por el hombre, con el paso de los años se transformaría en un espacio verde donde reinarían las plantas de olivo.

Así fue que un día la pareja decidió trasladarse a Tellier y Puerto Deseado, para comenzar a procesar las aceitunas que con esfuerzo y dedicación habían cultivado los chacareros de ambas localidades. Y el resultado no los defraudó, lograron un aceite de alta calidad que fue multipremiado en el mundo.

Su impulso los llevó a presentar diferentes proyectos a las autoridades de Santa Cruz a través del Consejo Agrario Provincial, para crear una cuenca olivícola en esa zona del territorio.
El proyecto fue declarado de interés público por parte del Concejo Deliberante de Río Gallegos, pero sin embargo luego de este envión inicial, la propuesta no avanzó más.

La historia de esta pareja que apostó al trabajo y la producción, es similar a la de numerosos emprendedores de la provincia y el país. En el caso de Judith Agostini, eligió radicarse en Argentina hace 23 años luego de partir de su Venezuela natal para finalmente echar raíces en la Patagonia.

Además de los olivos la chacra que construyeron con Adrián produce hortalizas destinadas al consumo familiar y es materia prima para la gastronomía de otro emprendimiento: las Arepatagonia, arepas con su variante regional.

Todo es aprovechado en la cadena de producción al punto tal que en su vivienda disfrutan del calor de un eco horno que en invierno calefacciona los ambientes utilizando para su combustión desechos de olivos, hojas, pulpas y carozos.

También en Tellier funciona otro enclave productivo en la chacra “Los Cipreses” de Arturo Soules y Cliria Torrens, una muestra del empuje emprendedor. Allí desde hace más de 20 años ambos se dedican a la producción de hortalizas, frutales, olivos y uvas.

Además de la producción frutihortícola la chacra es visitada por los turistas que recorren los atractivos naturales que existen en Puerto Deseado y encuentran en éste oasis en medio de la aridez patagónica, un lugar digno de conocer y de apreciar cómo el hombre es capaz de adaptar la naturaleza con un propósito productivo.

Bodega Boutique en Lago Posadas

Atravesando la meseta, en dirección a la cordillera encontramos, “Bardas Blancas”, el emprendimiento que con mucho esfuerzo llevan adelante Facundo Kaschewski y Lorena Miño en la paradisíaca localidad de Lago Posadas.

En 2015 comenzaron la plantación de variedades tintas (Pinot Noir y Syrah) y blancas (Sauvignon Blanc y Chardonnay) tendiente a generar allí un bodega boutique que produzca y a su vez sirva para la actividad del agro turismo.


En el año 2020 se sumaron 600 plantas de las variedades de Pinot Noir, por su buen desempeño y adaptación al clima. Actualmente, el viñedo se amplía a una superficie de 3.000 m2 más, con las variedades que mejor resultados dieron estos últimos años como son: Chardonnay, Malbec y Merlot.

El lugar ha conservado la flora autóctona local que en algunos casos protege a los viñedos del clima patagónico. Pese a las dificultades que el país atraviesa se advierte el desarrollo del emprendimiento, produciendo además girgolas como lo hace también Teresa Ruiz en la localidad de Los Antiguos.

Como señalara Cliria Torrens desde Tellier “ojalá que el próximo gobierno tenga otra mirada, que le tienda la mano a quienes empiezan y observe que necesitamos los que estamos encaminados en la producción”.

Premisas que los futuros gobernantes debieran observar para poner en valor los distintos engranajes de una cadena productiva hoy desperdiciada.

El autor es periodista, creador y conductor del ciclo “Contame una Historia” que se emite a través de FM UNPA 99.9, y LU14 Radio Provincia de Santa Cruz.