SANTA CRUZ.- Siete semanas tiene por delante el kirchnerismo en Santa Cruz para remontar la diferencia de 10 puntos con las que Javier Milei superó a Sergio Massa en las PASO. Desmotivado luego de haber perdido la gobernación en las elecciones del 13 de agosto, Unión por la Patria con Alicia Kirchner a la cabeza deberá esforzarse en una campaña presidencial en la que se juega mucho a nivel nacional -incluida una banca en el senado para la actual gobernadora-, y poco o casi nada en la provincia que lo expulsó del poder.
La tercera en disputa, la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, aspirará a recoger los votos de su oponente interno Horacio Rodriguez Larreta si quiere tener chances de alcanzar a Massa para llegar al ballotage. Otro tanto espera Sergio Massa respecto de los votantes de Juan Grabois, si es que se cumple en ambos casos, la regla de oro que impone que el que pierde una interna acompaña al ganador.
Los números de la política no son exactos pero ayudan a comprender
Todo indica que el mejor posicionado en Santa Cruz de cara a las elecciones generales del 22 de octubre es el candidato de LLA, Javier Milei, quien en las PASO obtuvo aquí 51623 votos (40.6%), los que puede patentar como propios ya que fue el único candidato por su partido. Con esta base, al libertario solo le resta seguir sumando teniendo en cuenta el sorprendente respaldo que recibió del electorado en la cuna del kirchnerismo, en una elección de la que participó sin hacer campaña, sin lista de candidatos provinciales, y sin contar con fiscales en las mesas electorales.
Sergio Massa por su parte deberá retener los 29574 votos que recibió en las PASO y esperar que los 8878 Votos de Juan Grabois no se fuguen hacia otra opción de izquierda o se desvanezcan entre el desencanto ideológico por tener que votar a una figura impuesta, ex UCD y padre del descalabro inflacionario que ambienta la elección, y las heridas abiertas que demoran en cicatrizar luego de cada elección interna.
De todos modos, ni aun sumando cada voto de Grabois el candidato presidencial de UXP podría alcanzar a Milei, o al menos emparejar el resultado de las primarias que en otro contexto hubiese sido catastrófico si no fuera porque el verdadero sunami que se vivió aquí fue la derrota del kirchnerismo a manos del petrolero Claudio Vidal que lo desplazó del poder provincial luego de 32 años de gobierno.
Otro tanto espera Patricia Bullrich que cosechó 17328 en la interna que dirimió con Horacio Rodríguez Larreta quien contó 10482 votos a favor, ¿se sumarán a los de Bullrich para comenzar a pensar en que es posible superar a Massa en octubre?
En rigor Massa y Bullrich mantienen intactas sus chances electorales en tanto logren convencer a una porción de los 80 mil electores (31%) que no fueron a votar en las PASO para que esta vez lo hagan, y si es posible por ellos.
Más difícil pero no imposible, será intentar torcer la voluntad de quienes en agosto votaron en blanco, 53682 personas que fueron a cumplir con su deber -obligación cívica de sufragar pero sin preferencias por ningún candidato. El voto en blanco a Presidente y en las demás categorías nacionales fue la opción más elegida por electorado de Santa Cruz.
En medio de este panorama el oficialismo deberá encarar una elección general que en las primarias lo tuvo ausente, más abocado a la elección provincial. Ni Alicia Kirchner candidata a senadora, ni la vicepresidente Cristina Fernández ni su hijo Máximo, hicieron campaña por Massa en las primarias.
Unión por la Patria con Alicia Kirchner a la cabeza deberá esforzarse en una campaña presidencial en la que se juega mucho a nivel nacional -incluida una banca en el senado para la actual gobernadora-, y poco o casi nada en la provincia que lo expulsó del poder.
¿Lo hará ahora con el ánimo por el piso; sin el control total del aparto del Estado provincial con el que solían ser implacables a la hora de "militar" campañas electorales, ahora bajo vigilancia de los futuros administradores que asumirán el 10 de diciembre?
Alicia Kirchner ya dio la primera señal de su falta de apego a la campaña en favor de Massa, aun en desmedro de propia candidatura al senado, cuando esta semana anunció que no pagaría a los estatales provinciales el bono de 60 mil pesos que el ministro de Economía y candidato dispuso pagar en medio de la campaña electoral.
El kirchnerismo todavía tiene tiempo para revertir el desánimo que lo invade por estos días, pero es un tiempo de incertidumbre generalizada por la marcha de una economía que lejos de sembrar expectativas solo produce más desencanto y apatía, frente a una elección gobernada por el desconcierto y que augura un cambio de rumbo pero con destino incierto.