SANTA CRUZ.- Los principales gremios estatales esperan la llamada del gobierno para negociar salarios con una inflación que ya superó los aumentos pactados para la primera parte del año. El revés electoral impactó en el seno del gobierno más preocupado ahora en ordenar su retirada que en atender demandas de otro tipo. Ni siquiera dijo si abonaría el bono de 60 mil pesos decretado por Nación que ya adelantó que las provincias deberán afrontarlo con recursos propios.

Hasta el momento los principales gremios que nuclean a los trabajadores públicos aun no negociaron salarios para los últimos cinco meses del año. La excepción es la sectorial de Salud convocada para mañana para reanudar las negociaciones colectivas.

En lo que va de 2003 los estatales provinciales y municipales obtuvieron aumentos del orden del 47% con una inflación que en el mismo período de siete meses superó los 60 puntos. Los acuerdos firmados hasta aquí contienen una cláusula de revisión supeditada a si la inflación de mayo superaba el 40,5%, lo que sucedió con creces.

Para ATE, "este gobierno está hasta el 10 de diciembre y es quien debe dar respuestas inmediatas ante la situación social y económica que atravesamos los estatales", y pide al gobierno que ponga fecha a la apertura de la mesa de negociaciones salariales. 

Los estatales recuerdan al gobierno de Alicia Kirchner que la inflación a julio ya superó el 60%, y que este mes hubo una devaluación del 20% con lo cual se acelera dramáticamente la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.

Lo propio hicieron los gremios que nuclean a los maestros, que en dos oportunidades solicitaron al Ejecutivo que convoque a discutir salarios.

La respuesta se hace esperar. Es la actitud de un gobierno que se va, más ocupado en ordenar su retirada que en atender las demandas salariales de los estatales. Ni siquiera lo inquieta las elecciones del 22 de octubre cuando considera que tiene poco que ganar o perder. Sobre todo después de que la sociedad le dio la espalda en agosto.

Ningún funcionario dijo hasta ahora si está en los planes del gobierno pagar el bono de 60 mil pesos decretado por Nación que ya adelantó que las provincias deberán afrontarlo con recursos propios.

¿Tiene excusas el gobierno de Alicia Kirchner para no cumplir con este adicional que según el ministro Sergio Massa es para paliar los efectos de la devaluación de veinte puntos que se produjo este mes?, no. Al menos, razones que haya expuesto públicamente.

A diferencia de los sueldos, la inflación ni la devaluación han hecho mella en el presupuesto provincial estimado para este años en 467 mil millones de pesos. La coparticipación federal que percibe se actualiza de acuerdo a la inflación diaria, en tanto que la suba del dólar o la devaluación no impactan en las regalías hidrocarburíferas que la provincia cobra en dólares.

Así y todo se conoció que en agosto Santa Cruz fue una de las provincias que gestionó un crédito del fondo fiduciario nacional por hasta 10 mil millones de pesos. Sobre este punto tampoco el gobierno saliente quiso informar.

De todos modos el pago del bono de 60 mil pesos a los aproximadamente 60 mil estatales provinciales que ganan menos de 400 mil pesos, le costaría a las arcas provinciales, unos 3.600 millones de pesos, que en el volumen de recursos con que cuenta la provincia constituye una suma que no alteraría el curso de las finanzas provinciales.