USHUAIA - El fin del mundo suele ser también el inicio de una nueva vida para quienes llegaron en las últimas décadas con la expectativa de un futuro mejor. Sin embargo, la crisis habitacional que padece esta ciudad se resume con un número que impacta: hay 10 mil solicitudes presentadas en el municipio local que requieren una solución habitacional. La ocupación irregular de terrenos y el aumento de alquileres temporarios destinados a la actividad turística escaló la crisis para quienes apuestan a encontrar aquí otra oportunidad.

En la ciudad más austral del continente viven 82.615 habitantes, según los datos del último censo nacional, de los cuales por lo menos el 10 % está viviendo en terrenos con ocupación irregular, sin títulos y muchos sin servicios y en condiciones de extrema precariedad. El caserío que sube sin planificación en el faldeo del cordón montañoso Martial se convierte en la mejor muestra de que la crisis habitacional no es un tema nuevo y se remonta a varias décadas.

Según el registro de demanda habitacional de la Secretaría de Hábitat y Ordenamiento Urbano hay 10 mil solicitudes presentadas, en espera de una solución, y en el mientras tanto la gente va construyendo su vida como puede. Primero se ocupa un espacio, luego se traza una calle, a veces llegan los servicios. Entre los barrios que suben por las laderas y otros que se extienden en los alrededores, hay un estimativo de 3.500 viviendas que están en situación irregular.

Nadie puede decirlo en voz alta a raíz de la veda electoral, por lo bajo se cruzan las culpas sobre quiénes promueven las ocupaciones y todos coinciden en que no es un fenómeno nuevo. Los memoriosos se remontan a las elecciones de 2003 como fecha clave donde hubo ocupación irregular de terrenos de forma masiva, y que por el costo electoral no fueron retirados. Luego se tornó imparable.

El fenómeno de Ushuaia se replica en otras ciudades turísticas de la Patagonia, como Bariloche o El Chaltén, donde el ejido urbano está estallado, y quienes viven allí viven en situación de extrema precariedad. En el caso de la localidad santacruceña, deben construir casas móviles que trasladan donde les prestan un pedacito de terreno, hasta el traslado siguiente.

En las tres ciudades los costos de los alquileres para vivienda familiar escalaron. Ante la la falta de controles estatales, los alquileres anuales se convirtieron en alquileres turísticos, una actividad que da más rentabilidad. La baja oferta de espacios para viviendas disparó los precios por las nubes.

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De acuerdo a datos relevados localmente, un monoambiente en Ushuaia puede alquilarse en forma mensual por más de $120.000 o bien un departamento céntrico de dos ambientes por inmobiliaria se alquila a partir de los $300.000. Los precios exorbitantes son otra de las razones que empujan a los vecinos a ocupar tierras mientras intentan sobrevivir.

Para el presidente de la Cámara de Turismo, Ángel Brisighelli, Ushuaia tiene un problema de generación de suelo urbano, la ciudad se encuentra encorsetada entre el canal de Beagle y las montañas, a lo cual se suma la falta de controles del Estado sobre la gran cantidad de alquileres temporarios irregulares.

“De los departamentos en oferta turística solo el 30% aproximadamente debe estar bajo norma, hay un reglamento de cómo deben ser habilitados pero el estado no cumple con los controles, y es un reclamo que tenemos en común entre todas las cámaras empresariales”, aseguró a LA NACION en un alto en su labor al frente de la agencia turística Rumbo Sur.

Para el empresario “tener departamentos para alquilar es legal, lo que pedimos es que quienes alquilen al turismo cumplan las mismas reglas que le exigen a la actividad turística, cumplan las condiciones mínimas de seguridad” y considera que la existencia de este tipo de alojamiento informal termina perjudicando al destino turístico. Propone que aquí el municipio replique los controles que realizan en El Calafate donde se releva en redes sociales los alquileres informales y exige la habilitación o la clausura.

“En la temporada de verano superamos los records históricos ya sea en niveles de ocupación como de servicios turísticos”, detalla Brisighelli. Sólo en verano hubo 485 recaladas de cruceros en el puerto de Ushuaia y para la próxima temporada se pronostican ya 530 recaladas. Los que vienen en cruceros, como los que llegan a quedarse unos días en la ciudad alcanzan un promedio de 300 mil turistas al año, de los cuales entre 40 y 50 mil llegan en cruceros de gran porte.

La crisis habitacional atravesó todas las épocas. Durante la intendencia del radical Federico Sciurano (2007-2015) se logró un ordenamiento territorial, contener las ocupaciones, recuperar hectáreas y brindar 3300 soluciones habitacionales, ya sea en el otorgamiento de terrenos, viviendas o bien proyectos colectivos, según detallan los informes de gestión. Fue uno de los desvelos de su gestión, según recordaron a este medio exfuncionarios de entonces.

Como ejemplo que la crisis habitacional es un tema que atraviesa a la población, el concejal Javier Branca (Partido de la Ciudad) llegó a su banca como un referente de las cooperativas de viviendas, demostró que juntos a otros vecinos podían construir a menor precio que las viviendas sociales desde el Estado. Todas las fuentes locales consultadas coinciden que se necesita una estrategia común entre los gobiernos de la Nación, la provincia y el municipio para encarar el problema habitacional, un tema muy serio que debería escapar a todo rédito político.

Fuente: La Nación / Mariela Arias / Enviada Especial