EL CALAFATE.- Por segunda vez, ningún postor se mostró interesado en adquirir el 50% de un terreno que Lázaro Báez comparte con el diputado nacional Máximo Kirchner y su hermana Florencia. Ni reduciendo la base en un 40% del precio inicial, la quiebra judicial logró que alguien se presente a comprarlo y el proceso quedó desierto. El terreno fue parte de una transacción comercial entre la vicepresidenta Cristina Kirchner y Báez concretado hace 17 años, mientras Néstor Kirchner era presidente.
Se trata del lote de 87.000 metros cuadrados ubicado a la vera del Lago Argentino. El remate se realizó ayer, en el marco del expediente que tramita la quiebra judicial de Austral Construcciones.
El terreno en común entre los Báez y los Kirchner es una propiedad indivisa, desocupada y sin construcciones ubicada en Punta Soberana, a 10 kilómetros del centro de esta ciudad. La base con la que fue a remate por segunda vez fue de US$106.500, un 40% menos del valor por el que se intentó rematar en diciembre pasado, en el proceso a cargo de la jueza María José Gigy Traynor.
El terreno, revelado a través de una investigación de LA NACION en 2013, fue la primera prueba documentada de los aceitados negocios privados que los Kirchner mantuvieron con los Báez durante más de una década y ahora es una de las tres pruebas que consideraron centrales los jueces que condenaron a Cristina Kirchner a seis años de prisión y la inhabilitaron para ejercer cargos públicos.
Los negocios privados de la familia Kirchner con Báez y las firmas de su grupo empresario fueron, para el tribunal, una prueba clave de la “ultrafinalidad” que le adjudicaron a Cristina Kirchner, tendiente a favorecer al empresario y defraudar al Estado. Este terreno fue también analizado en detalle durante la causa y expuesto por el fiscal Diego Luciani.
La historia del condominio
La vicepresidenta Cristina Kirchner adquirió el terreno como tierra fiscal -junto a varios más que compró al municipio- en 2006, a un valor irrisorio de poco más de $1 el metro cuadrado. La zona entonces no tenía servicios y el acceso era dificultoso.
Tiempo después, Cristina Kirchner necesitó ampliar el hotel Los Sauces, y lo hizo sobre la Quinta 10, que era de Báez, para lo cual concretaron una permuta. ¿Qué le dio a Báez? La mitad del condominio de casi nueve hectáreas, y el empresario lo registró a nombre de Austral Construcciones. Sin embargo, el bien no quedó registrado en sus declaraciones juradas, sino que quedó a nombre de Néstor Kirchner. Después del fallecimiento, Cristina Kirchner declaró el 25% del terreno, producto de la disolución conyugal y el restante 25% le correspondió a sus hijos.
Cuando las causas judiciales empezaron a cercar las propiedades de la familia, Cristina Kirchner transfirió a sus hijos el 25% del terreno y de este modo Máximo y Florencia Kirchner son los actuales propietarios del 50% del condominio que irá a remate. Quien adquiera la mitad del terreno, se convertirá en condómino de los hijos de la vicepresidenta. Sin embargo, ya pasaron dos oportunidades y el terreno sigue sin poder ser vendido.
Para llegar a las casi nueve hectáreas de patagonia pura hay que transitar por el paseo costanero que fue asfaltado por la empresa Austral Construcciones y lleva el nombre de “Presidente Néstor Kirchner”. Para llegar a la fracción CCXXXIII, según la nominación catastral, hay que transitar unos ocho kilómetros desde la intersección con la ruta 11, que va al glaciar, y bordear el lago.
En 2016, hasta ese terreno también llegó el fiscal Guillermo Marijuan, mientras realizaba allanamientos en toda la provincia de las propiedades de Báez. Pese a la normativa municipal de venta de tierras fiscales que especifica que se deben realizar construcciones sobre los terrenos vendidos bajo esa modalidad, nunca se construyó nada sobre el condominio.
Se vendió la Porteña y Cruz Aike y Laguna del Asador siguen sin vender
El proceso judicial de la Quiebra de Austral ya lleva cinco años. Ademas del condominio ubicado aquí en El Calafate hay otras propiedades de Báez en Santa Cruz que siguen sin encontrar partes interesadas. Así pasó con la estancia Laguna del Asador y también con la emblemática estancia Cruz Aike, que el 27 de marzo pasado se puso a remate por el precio base de US$1.032.500, pero nadie se presentó.
De las cuatro propiedades puesta a remate en los últimos días, solo encontró comprador la estancia “La Porteña”, ubicada en la misma zona, con una superficie de 17.810 hectáreas. Se remató por el precio base de US$380.000. Según trascendió, fue adquirida por una empresa de la provincia dedicada a transporte y logística.
Mientras tanto, Cruz Aike, la joya de las estancias de Báez, sigue esperando que alguien la compre. Cuenta con una visión majestuosa de la naciente del río Santa Cruz en el Lago Argentino y en los días claros se puede divisar el cordón montañoso del Cerro Fitz Roy y la aguja del Cerro Torre, ubicado a 200 kilómetros en línea recta. Sin embargo, Báez no la visita desde el año 2016, cuando quedó detenido y muchas de sus propiedades fueran judicializadas y clausuradas.
Esta estancia también fue escenario de las excavaciones que llevó adelante el fiscal Marijuan en la búsqueda de supuestos tesoros enterrados en containers a unos kilómetros del casco principal. Los tesoros no se encontraron, pero lo que quedan son vestigios de saqueos. LA NACION recorrió el caso principal de la estancia en noviembre pasado y pudo comprobar vestigios que se sucedieron ingresos a la casa ya cerrada, que hoy luce vacía y abandonada.
Fuente: Mariela Arias / Diario La Nación