RÍO GALLEGOS.- Leyendas contra el diario Clarín aparecieron en los últimos días en diferentes sectores de la ciudad, en una suerte de reedición de los momentos de mayor enfrentamiento entre el matrimonio Kirchner y el diario porteño cuya cara visible -y objeto de odio de Néstor y de Cristina- es su director ejecutivo, Héctor Magnetto.

"Clarín es mafia", reza una de las pintadas en el paredón del predio del Bóxing Club en avenida San Martín, escrita con aerosol de color negro y azul.

La misma leyenda puede leerse sobre un cerco perimetral de placa osb que rodea la manzana de las calles San Martín, entre Juan B Justo y Pasteur, donde funcionan entre otros edificios públicos, el Registro Civil y varias dependencias del Poder Judicial de la provincia.

Si bien se desconoce a los autores de las pintadas, el mensaje coincide con las expresiones de la expresidenta Cristina Fernández contra el diario Clarín desde que en 2019 comenzó el proceso judicial que la juzgó por actos de corrupción en la obra pública adjudicadas en Santa Cruz a empresas de Lázaro Báez, y que derivaron en una condena en su contra a seis de prisión e inhibición perpetua para ejercer cargos públicos.

El kirchnerismo endilga a Clarín y a otros medios nacionales de actuar en tándem con el Poder Judicial para llevarla a los tribunales con imputaciones falsas con el solo propósito de proscribirla políticamente.

Si bien se desconoce quienes a los autores de las pintadas, todo apunta a que se trata de un nuevo round en la pelea de fondo entre Néstor Kirchner y Héctor Magnetto que comenzó en 2008 cuando el gobierno de Cristina Fernández se enfrentó a sectores del campo por la aplicación de retenciones a las exportaciones.

En aquel momento, Néstor Kirchner acuñó la frase "Clarín miente", en una furiosa campaña de desprestigio contra el diario que en los comienzos de su aparición política en el escenario nacional fue un aliado estratégico, incluso durante gran parte de sus cuatro años como presidente.

En un año electoral como el que comienza a transitar la Argentina, la embestida contra el diario Clarín en particular y los medios en general, reedita esa vieja disputa que mantiene el kirchnerismo con la prensa que tal como sucede en Santa Cruz solo concibe como amiga, o sometida a sus designios.