EL CALAFATE.- Un guindo como símbolo de la memoria y la trascendencia, y un poema a la madre de Juan Esteban, el adolescente fusilado junto a otros 1500 trabajadores rurales fueron los momentos más emotivos del homenaje organizado por la Comisión por la Memoria de las Huelgas de 1921.

101 años transcurrieron de aquellos fusilamientos a los peones rurales que reclamaban por condiciones laborales humanas, perpetrado por el Ejército que intervino en favor de los estancieros que criminalizaron el reclamo de los obreros acusándoles de cometer vandalismo y no querer trabajar.

En recordación a aquella lucha obrera y el genocidio cometido por el Ejército Argentino por orden del gobierno del entonces presidente Hipólito Irigoyen, se realizó un homenaje enmarcado en un emotivo clima de respeto por la memoria de los huelguistas muertos, y de tolerancia para con las expresiones que reivindican aquel acto de rebelión contra un esquema de esclavitud impuesto por los dueños de las estancias.

Uno de los momentos más emotivos de la ceremonia se vivió cuando Perla Flores, bailarina de la Escuela de Danzas Shehuen de 28 de Noviembre interpretó un poema que representa el dolor de Cármen, la madre del adolescente Juan Esteban

Perla resulto recientemente elegida como la Paisana de Santa Cruz para representar a la provincia en el festival nacional de malambo a realizarse en enero próximo en Laborde, Córdoba.

"Para que yo pueda transmitir toda esta información en Córdoba, a las demás paisanas y a todo el jurado", aunque, aclaró que "más allá del objetivo por el que uno va a aspirar a ser Paisana Nacional, mi objetivo es que se conozca este suceso trágico, que se conozca Santa Cruz no solo por la belleza de sus hielos o de El Chaltén, sino también por la historia trágica que nos ha marcado".

En tanto, Luis Milton Ibarra Philemon, referente de la Comisión Por la Memoria de las Huelgas de 1921 remarcó que el cenotafio "es de todos", y convocó a respetar las expresiones de todos quienes reivindican la causa de los obreros asesinados. Sus expresiones aludían a que leyendas anarquistas y una placa del Partido Obrero, habían sido quitados del mural.

Junto al Cenotafio localizado a la vera de la Ruta 15 a pocos metros del casco de la estancia donde fueron fusilados 150 obreros, se colocó un guindo "como símbolo de la memoria, y la vida, pero también de la trascendencia de aquel hecho que deben conocer los jóvenes de hoy", dijo la concejal Ethel Torres.