EL CALAFATE.- Ni la lujosa estancia Cruz Aike, ni el terreno junto al Lago Argentino que Lázaro Báez comparte en condominio con Máximo Kirchner, recibieron ofertas en el remate que se efectuó esta semana en el marco de la quiebra de Austral Construcciones. Otras dos estancias también sometidas a remate, La Porteña y Laguna Asador, tampoco recibieron ofertas.
No hubo ofertas para comprar a precio de remate las estancias Cruz Aike y La Porteña, ni tampoco hubo interesados en la adquisición del 50% del terreno a orillas del Lago Argentino que Lázaro Báez tiene en condominio con Máximo y Florencia Kirchner.
La estancia Cruz Aike fue exhibida el 15 de noviembre y ese día tampoco se presentó ningún potencial comprador para conocer las instalaciones y constatar el estado en que se encuentran el casco de diseño patagónico ni la casona de ocho habitaciones para hospedar al personal. Solo dos medios estuvieron presentes ese día y recorrieron la propiedad junto a los martilleros judiciales, el diario La Nación y Winfo Santa Cruz.
Duchas escocesas tiradas en el patio; una edición de lujo de La Divina Comedia abandonada en una caja de cartón; un agujero en una de las paredes interiores; y un manto de cenizas en la parrilla del salón principal signo de abandono. Aquí se puede ver la nota y los videos de ese día.
En el proceso de quiebra de la empresa Austral Construcciones, esta semana salieron a la venta cuatro propiedades que fueron adquiridas por el amigo de la familia Kirchner en los tiempos de bonanza de la obra pública en la provincial financiada con fondos nacionales, que acaparó el grupo de empresas de Lázaro Báez.
Según consignó hoy el diario La Nación, el remate quedó desierto. No hubo ningún oferente para comprar las estancias, ni la mitad del terreno de 87.046 m2, desocupado y sin construcciones, ubicado en Punta Soberana a 10 kms del centro de la ciudad cuya base para remate se fijó en U$S 177.480 dentro de la quiebra judicial a cargo de la jueza María José Gigy Traynor.
El inmueble es una propiedad indivisa que convirtió en condóminos a Báez y los hijos de Néstor y Cristina Kirchner, y que le daría ese mismo carácter a quienes adquieran el terrena en un futuro.
El terreno, rebelado a través de una investigación de LA NACION en el año 2013, fue la primera prueba documentada de los aceitados vínculos comerciales e inmobiliarios que los Kirchner mantuvieron con los Báez durante más de una década. Este año, durante las audiencias de los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola estos vínculos volvieron a quedar expuestos.
La vicepresidenta Cristina Kirchner adquirió el terreno –junto a varios más que compró al municipio junto a su esposo mientras él era presidente de la Nación-, como tierra fiscal en el año 2006 a un valor irrisorio de poco más de $1 el metro cuadrado: la zona entonces estaba alejada, no tenía servicios y el acceso era dificultoso.
Tiempo después Cristina Kirchner necesitaba ampliar el hotel Los Sauces, y lo hizo sobre la Quinta 10, que era de Báez para lo cual concretaron una permuta: ¿Qué le dio a Báez? La mitad del condominio de casi nueve hectáreas y el empresario lo registró a nombre de Austral Construcciones. Sin embargo el bien no quedó registrado en sus declaraciones juradas, sino quedó a nombre de Néstor Kirchner. Después del fallecimiento declaró el 25% del terreno, producto de la disolución conyugal. Tiempo después, pasaría también su 25% a sus hijos Máximo y Florencia.
Las casi nueve hectáreas de Patagonia pura se encuentran a diez kilómetros del centro de El Calafate, en Punta Soberana, que fue loteado como chacra. Para llegar hay que transitar por el paseo costanero que fue asfaltado por la empresa Austral Construcciones. Para llegar a la fracción CCXXXIII hay que transitar unos ocho kilómetros desde la intersección con la ruta 11, que va al glaciar, y bordear el lago. A 16 años adquirido por Cristina Kirchner, el enorme predio con vista al lago Argentino, sigue vacío.
Tampoco hubo postores para tres estancias de Báez
Además del terreno en común, también se llevó adelante el remate de tres estancias de Báez todas registradas a nombre de Austral Construcciones y tampoco se presentó ningún interesado para la compra en ninguno de los tres estancias puesta a remate: Cruz Aike, ubicada a 53 km de El Calafate, la joya del imperio que Báez construyó de forma veloz en torno a Austral Construcciones a partir de los abultados contratos de obra pública en Santa Cruz. La base para el remate se estableció en U$S 1.475.000. Nadie ofertó.
El día de la exhibición de la propiedad, LA NACION la recorrió y se encontró con habitaciones sin muebles, paredes inmaculadas, pisos sin tránsito y un sorprendente agujero en una pared, huella evidente de quienes alguna vez buscaron tesoros escondidos en paredes huecas. La estancia, también fue escenario de las excavaciones que llevó adelante el fiscal Guillermo Marijuán en la búsqueda de supuestos tesoros enterrados en containers, a unos kilómetros del casco principal. Los tesoros no se encontraron, pero hoy si quedan vestigio de saqueos ocurridos en el predio durante los años que quedó clausurada y vacía.
También quedaron desiertos los remates de La Porteña cuya base se estableció en U$S 550 mil y Laguna Asador con una base de U$S 298.642. Fuentes judiciales confirmaron que luego del receso invernal se volvería a repetir el llamado a remate.
En octubre pasado, en un primer corte de los fondos recaudados por los remates en la Quiebra de Austral Construcciones semanas atrás en la causa se informó que se distribuirá entre los acreedores cerca de $ 2600 millones, en lo que será el primer pago a acreedores desde que se inició el proceso de quiebra. De ese monto, cerca de $ 1500 millones estarían destinado a la Administración Federal de Ingresos Públicos, el principal acreedor del empresario, y eso será solo parte de la deuda con el estado.
La Quiebra que desde hace cuatro años se tramita en el Juzgado Nacional de primera Instancia en lo Comercial Nº 28 con sede en Buenos Aires lleva más de un centenar de incidentes abiertos. Ya sea por la forma profusa en la que Baéz adquirió vienes y fondos de comercio a partir del 2006 o bien por la maraña judicial en la que quedaron atrapados sus bienes, reconstruir la titularidad y el estado de cada bien puesto a remate, fue una tarea titánica, que aún tiene años por delante.