LA NACIÓN/ Mariela Arias.-
EL CALAFATE.- En seis días caminaron 180 km sobre hielo cargados con 160 kilos de equipamiento y guiados por la inagotable curiosidad científica. Lo hicieron para medir con precisión el balance de masa del glaciar Perito Moreno. Y, por primera vez, lo constataron en la zona de acumulación, que está ubicada en la naciente del bloque, un lugar inaccesible y de clima hostil.
Lucas Ruiz es glaciólogo, nació en Esquel, vive en Mendoza y encabeza el Grupo de Glaciología e Hidroclimatología Andina que se propuso como desafío medir cuánta masa acumula el Perito Moreno durante el invierno y cuánta pierde en el verano por el derretimiento superficial y por el desprendimiento de los témpanos. Cuando procesen esos datos, podrán entender mejor cuál es el acople o desacople que tiene el glaciar con el clima.
Los científicos ponen en crisis la histórica afirmación que indica que el Perito Moreno, a diferencia del resto de glaciares, es un bloque en equilibrio e investigan si empezó a verse afectado por los efectos del cambio climático.
“Partimos de la base de que el glaciar Perito Moreno es uno de los más conocidos del país tanto por los turistas y por los científicos y es uno de los más estudiados. En los registros hay observaciones desde 1890, hay mucha información disponible. Sin embargo, nunca hasta ahora se había hecho este tipo de mediciones que queremos darle continuidad en el tiempo, vamos a monitorear lo que está pasando con el glaciar de manera sistemática, para poder comparar mediciones”, detalla Ruiz a LA NACIÓN al regreso de la segunda de lo que espera sean muchas expediciones más.
Ruiz explica que durante mucho tiempo y ante la dificultad de acceder a la zona de acumulación del glaciar se consideraba que el bloque se mantenía estable. “Hoy en día, con todo el retroceso que hay de los glaciares y los cambios que estamos observando en el Perito Moreno, eso no es una hipótesis tan válida. Nosotros creemos que no hay compensación entre la acumulación y la ablación. Es decir, el glaciar está perdiendo más masa que la que gana en la zona de acumulación. Queremos medirlo, para ver si es así o no”, expone el científico.
Cómo lo hicieron
Mientras El Calafate vive uno de los mejores noviembre de su historia –llegó a registrar el último fin de semana una ocupación hotelera del 87% en las 8800 plazas– , el equipo de científicos llegó hasta el paso Reichert, en la base del cerro Pietrobelli, donde se ubica la naciente del glaciar.
Medir sobre un glaciar significa caminar durante horas por la montaña, saber escalar, cargar en la mochila el encordado, los esquíes, los grampones, las piquetas, la pala, la sonda, la carpa y los alimentos, el radar y las baterías. En ese tipo de mediciones son expertos los miembros del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla). De hecho, han recorrido los 4000 km de Cordillera durante cinco años para relevar y construir el mapa de glaciares de todo país.
Ruiz, Pierre Pitte, Juan Cruz Ghilardi Truffa y Lautaro Clavero encabezaron la expedición. Si bien son, además de científicos, montañistas, destacan que sin el apoyo logístico de los guías locales no hubieran llegado a uno de los lugares más inaccesibles del glaciar. Los guiaron y los ayudaron a transportar el equipamiento durante los arduos días que duró la expedición: se trata de Fernando Armani, Manuel Stahringer, Nicolas Boticcini, Santiago Scavolini, Steffen Welsch y Hernán Millain.
El frente del Perito Moreno en los últimos 80 años se ha mantenido en esa misma posición frente a la Península de Magallanes y cuando sucede eso lo más lógico es pensar que tiene un balance de masa equilibrado. Sin embargo, los registros de los últimos años pusieron en duda la afirmación. “Hay otros indicios como, por ejemplo, cuánto ha disminuido su altura en ciertos sectores o que han disminuido sus afluentes, que nos hacen pensar que el glaciar hace años que tiene un comportamiento de pérdida de masa, a una tasa mucho menor que el Upsala o el Ameghino, pero que podrían estar indicando una leve pérdida de masa continua en el tiempo y que podrían ser los primeros indicios de una desestabilización. Hoy es terreno de hipótesis, pero es justamente lo que mueven la investigación. Si pensáramos que ya está todo sabido en el Perito Moreno no nos gastaríamos ni los fondos ni las piernas para llegar hasta allá”, explica Ruiz.
Para medir el balance de masa usan una batería de técnicas, algunas mediciones las realizan en el terreno y otras a través de información satelital. “En el terreno medimos la ablación superficial. Es decir, cuánto pierde por derretimiento que se hacen con estacas de ablación (cañas) que se colocan con una perforadora a vapor. Estas emergen a medida que el glaciar se derrite. La distancia a la que salen es igual al espesor de derretimiento”, cuenta.
Al procedimiento habitual este año le sumaron una estaca de ablación inteligente, que fue desarrollada por Antoine Rabatel y otros colegas del Laboratorio de Glaciología del IGE (Institut des Géosciences de l’Environnement) de la Universidad Grenoble Alpes. “Nos permite hacer un seguimiento continuo de la ablación. La estación mide la ablación cada 15 minutos y transmite la información a través de un módem y una antena de celular. Gracias a esta estaca vamos a poder comprender mejor los procesos detrás del derretimiento superficial del glaciar”.
Eligieron hacer el recorrido en noviembre porque es el momento en que el glaciar se encuentra más colmado de nieve. “Hicimos toda la aproximación a pie, tuvimos un fuerte apoyo de la empresa Hielo y Aventura, que nos cruzaron, y le dan tiempo a los guías que participan. Necesitamos gente que conozca el lugar, yo conozco los datos, la historia y demás, pero nunca estuve en la zona de acumulación del Perito”.
La zona de acumulación del Perito Moreno es una de las menos visitadas del parque nacional. En una expedición anterior se había aproximado en helicóptero hasta el área, pero esta vez fue todo el recorrido a pie, en lo que califican como una misión exitosa.
Ruiz y su equipo agradecen tanto la ayuda de la empresa que realiza el conocido trekking sobre el glaciar Perito Moreno, como a los guardaparques del Parque Nacional Los Glaciares que los asistieron en toda la expedición. Y detallaron que el monitoreo del Perito Moreno se realiza en el marco del Plan Director de Gestión Ambiental de los Aprovechamientos Hidroeléctricos del Rio Santa Cruz, a través del Programa de Estudios Glaciológicos de la Cuenca Alta del Río Santa Cruz, realizado por el Estado Nacional y financiado por la empresa Energía Argentina S.A., actual comitente de la obra.
Por primera vez investigadores caminaron 180 kilómetros sobre el bloque para llegar a un lugar de difícil acceso, donde hicieron mediciones de su masa