BUENOS AIRES.- En una nueva jornada de alegatos en la causa Vialidad que investigó las denuncias por irregularidades en las obras viales adjudicadas a las empresas de Lázaro Báez, la defensa del empresario responderá las acusaciones de los fiscales que lo sindican como miembro de una asociación junto al matrimonio Kirchner, para sustraer fondos del Estado. Sobre Báez pesa un pedido de condena de 12 años de prisión, al igual que sobre la expresidenta Cristina Fernández.
La defensa de Báez ejercida por su abogado Juan Villanueva, sostiene que las acusaciones de los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola son falsas, y las atribuye a que los fiscales "desconocen la realidad del país", y tienen una mirada centralista de "una provincia orgullosa", en alusión a Santa Cruz respecto de las obras realizadas por las empresas de Lázaro Báez. "Lázaro, mal que les pese, es inocente", afirmó Villanueva.
Los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola afirmaron en varios tramos de su acusación que "Lázaro Báez es Kirchner", en alusión a que el empresario y el matrimonio compuesto por Néstor Kirchner y Cristina Fernández, conformaron una asociación ilícita con Báez para sustraer dineros públicos a través las obras asignadas al grupo de empresas del constructor durante el período 2003 - 2015.
Báez ya fue condenado a 12 años de prisión en otro juicio por lavado de dinero, estuvo detenido desde abril de 2016 durante cuatro años y actualmente cumple arresto domiciliario. El fallo fue apelado y es inminente la resolución de la Cámara Federal de Casación que deberá decidir si acepta la apelación o confirma el pedido de condena del empresario.
Si bien las dos causas se juzgan por vías separadas, hay un punto en común que vincula a los principales acusados en la causa vialidad, y son los negocios en común y las sociedades comerciales e inmobiliarias entre el matrimonio Kirchner y Lázaro Báez.
Entre otros, la construcción de departamentos en Río Gallegos a través de fideicomisos entre Báez y Néstor Kirchner, el condominio de 9 hectáreas que comparten el constructor y Cristina Fernández en El Calafate, donde además Austral realizó la ampliación del hotel Los Sauces propiedad de la familia Kirchner que a su vez le pagó por los trabajos con un terreno; también los vincula el caso de la contratación por parte de Báez del hotel Alto Calafate, el que además fue administrado por una sociedad de Báez.
Éstos vínculos entre ellos, se establecieron mientras Néstor y Cristina Kirchner ejercían la presidencia del país, y el empresario era proveedor del estado a través de la construcción de obras públicas.