Lo presentó un organismo dependiente del Conicet ante un requerimiento de la Corte Suprema de Justicia; planteó que los estudios no evaluaron todos los efectos ambientales.
LA NACIÓN/Mariela Arias.-
EL CALAFATE.– Un determinante dictamen oficial de un organismo técnico del Gobierno advirtió la falta información científica que determine cual será el impacto que tendrán las represas hidroeléctricas que se construyen sobre el río Santa Cruz sobre los glaciares patagónicos. El informe fue presentado ante la Corte Suprema de Justicia en la causa donde se evalúa la continuidad o no de las obras emblemáticas para el kirchnerismo.
El Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales, IANIGLA, dependiente del CONICET y la Universidad Nacional de Cuyo, presentó ante el requerimiento de la Corte, un informe técnico sobre el Estudio de Impacto Ambiental, EIA, del año 2017 sobre el cual se autorizó el avance de las represas hidroeléctricas.
El organismo técnico concluyó que el estudio no incluye la totalidad de los glaciares que aportan al río Santa Cruz, que no se analizó el impacto de un aumento decimétrico del nivel del lago sobre todos los glaciares que terminan en el Lago Argentino y menos aún se valoraron las amenazas naturales asociada a la dinámica de los glaciares, entre sus principales conclusiones.
Ahora la Corte Suprema, cuenta con toda la información técnica requerida en octubre del 2020 a tres organismos estatales -INPRES, IANIGLA y Parques Nacionales- y se espera que en este año falle sobre la suspensión o no de una obra emblemática para el kirchnerismo. La obra fue licitada durante la presidencia de Cristina Kirchner, frenada y reformulada durante el gobierno de Mauricio Macri y visitada por la vicepresidenta en enero de 2020 junto al empresario de Electroingeniería Gerardo Ferreyra. Tras la recorrida, la expresidenta, consideró que la obra “fue abandonada por el macrismo”.
El informe del IANIGLA, el organismo que realizó el inventario de glaciares en todo el país, fue elevado a la Corte Suprema en septiembre, pero recién fue dado de alta en el expediente digital a fin de diciembre en la causa en la que se analizan los planteos de la Fundación Banco de Bosques — representada por el estudio del constitucionalista Daniel Sabsay- que promueve que se declare la nulidad de los estudios de impacto ambiental y den lugar a la medida cautelar para que se frenen las obras.
La respuesta del IANIGLA se suma así a los informes técnicos que ya dieron a conocer el Instituto Nacional de Prevención Sísmica, INPRES y la Administración de Parques Nacionales, APN, sobre el impacto que tendrán las represas Néstor Kirchner (exCóndor Cliff) y Jorge Cepernic, (exLa Barrancosa) sobre el Ambiente y especialmente sobre el Parque Nacional Los Glaciares. Los informes habían sido requeridos en octubre del 2020 y con este análisis técnico el máximo tribunal ya reunió toda la información solicitada.
Puntualmente, la Corte le solicitó al IANIGLA que se pronuncie con carácter definitivo sobre los estudios producidos por Emprendimientos Energéticos Binacionales S.A., EBISA, atendiendo especialmente a la cuestión del “desacople” en relación con el informe realizado por el ingeniero Ascencio Lara. El “desacople” según el estudio de referencia, asegura que la represa que se construye sobre el río Santa Cruz no afectará al lago ni a los glaciares.
Un río y mil glaciares
El río Santa Cruz, con un caudal medio de unos 700 metros cúbicos por segundo, es el curso de agua más caudaloso de la Patagonia austral argentina, nace en la cordillera y recorre 380 kilómetros, tiene una cuenca de 28000 kilómetros cuadrados y recibe el agua por derretimiento de más de 1000 glaciares. La cuenca del río Santa Cruz concentra más del 50% de la superficie cubierta por glaciares en Argentina, según datos del IANIGLA.
El organismo estatal especializado en glaciares destacó que no participó del informe del EIA realizado por la firma EBISA en 2017, y no se expresaron ante la solicitud del estado nacional, porque les habían dado poco tiempo para analizar un gran volumen de datos. Ahora, tras su análisis por pedido de la Corte, dan como primera conclusión que el tratamiento y la ponderación que se le ha dado a los glaciares en ese informe “adolece de una completa revisión de la información disponible a la fecha de la elaboración del EIA, en particular a lo referente a la cantidad y diversidad de glaciares existentes en la cuenca del río Santa Cruz”. Y consideran que de haberlas tenido en cuenta a las publicaciones disponibles “hubieran enriquecido las conclusiones”, según consta en la presentación a la que tuvo acceso LA NACION.
En el informe que lleva la firma del director del IANIGLA, el doctor Fidel Roig, los expertos explican que los autores del EIA interpretaron que las obras no afectarán el sistema hidrológico y glaciológico de la cuenca alta del río Santa Cruz, pero lo hicieron sin incluir en el análisis la gran cantidad y diversidad de glaciares existentes en la cuenca. El organismo explica que si bien, desde el 2017, se ha avanzado significativamente en el conocimiento de los glaciares de la región, no se han desarrollado estudios que analicen el impacto de un aumento decimétrico en el nivel del lago Argentino sobre los glaciares de la cuenca.
En el informe, que tiene un carácter de dictamen técnico, consideran que dada la complejidad de la interacción glaciar-lago, serían necesarios estudios que involucren al conjunto de los glaciares que aportan a la dinámica hidrológica del río Santa Cruz, con el fin de determinar si una variación decimétrica del nivel del lago Argentino podría afectar la dinámica de los otros glaciares que terminan en este cuerpo de agua.
En síntesis, consideran que a Línea de Base de los glaciares de la cuenca alta del río Santa Cruz, incluida en el informe del EIA (2017) “no describe la totalidad de los glaciares que aportan hidrológicamente a la cuenca el río Santa Cruz. Además, no incluye importantes antecedentes de estudios disponibles al momento de su ejecución, no se analiza el impacto de un aumento decimétrico del nivel del lago sobre todos los glaciares que terminan en el Lago Argentino, y tampoco se valoran las posibles amenazas naturales asociadas a la dinámica glaciar y las implicancias en la cuenca”.
Para el abogado litigante, Cristian Fernández, el informe representa “un reconocimiento de que existe un vacío de información crucial para ponderar los riesgos que las obras implican para los glaciares. Ello implica la vulneración al orden público ambiental”. En el escrito que ya se incorporó a la causa al que tuvo acceso LA NACION remarcó la ausencia de información suficiente a la hora de tomar decisiones y resaltó los errores metodológicos en el análisis del impacto ambiental de las represas sobre los glaciares.
Y solicitó nuevamente a los jueces de la CSJ, que ante la evidencia de la ausencia de información a la que considera insalvable, ordenen la detención de las obras hidroeléctricas.
El informe del IANIGLA se suma así a lo ya expresado en mayo pasado por el INPRES, quien había asegurado sobre la obra, que fue omitido en el estudio de peligrosidad sísmica, el análisis de las fallas geológicas sobre el río Santa Cruz. Además, consideró que los estudios realizados no son idóneos y reconoce que no hay información suficiente para considerar los posibles efectos sísmicos que podrían generar las represas. El informe fue previo al sismo de 5.4 de magnitud de octubre pasado que ubicó el epicentro en las cercanías de esta ciudad.
Mientras tanto, si bien las obras en la represa Jorge Cepernic avanzan, en el caso de la represa Néstor Kirchner, está parada hace dos años por deslizamientos ocurridos en la ladera de la meseta sobre la cual estaba previsto apoyarse una las paredes del dique de contención.