SANTA CRUZ.- Luego de la derrota en las PASO tras la cual la gobernadora pidió la renuncia a todos sus ministros, solo el Jefe de Gabinete, Leonardo Álvarez, dejó el gobierno, en tanto que Bárbara Weinzettel ex ministro de Desarrollo Social, fue designada en un cargo en Salud y en su reemplazo asumió, Jorge Ferreyra, quien la secundó en la cartera social. En la Jefatura de Gabinete aún no se designó a nadie. Señales de que los cambios solo fueron un efecto mediático, y que lejos de corregir aspectos deficitarios de su gobierno, en aras de revertir la elección el kirchnerismo profundiza su política clientelar con un desembozado uso de recursos públicos en clave de campaña electoral. Con Alicia Kirchner poniéndose al hombro la junta de votos.
Bárbara Weinzettel asumió ayer como nueva Secretaria de Estado de Políticas Sanitarias, "ella tiene la enorme responsabilidad de llevar adelante el fortalecimiento de primer nivel de atención", fueron las palabras de recibimiento del ministro de Salud, Claudio García, "porque cuando hablamos de medicina comunitaria, medicina social estamos hablando justamente de esta interacción entre desarrollo y salud así que la verdad gracias por aceptar venir a trabajar en estos momentos complejos para nosotros”, añadió.
Su reemplazante en Desarrollo Social, fue Jorge Ferreyra, quien la secundó en el cargo hasta su dimisión.
Al día siguiente de la derrota del 12 de septiembre en las PASO, los titulares de los diarios destacaban el "gesto político" de la gobernadora, de pedirle la renuncia a todos sus ministros, como una señal a la sociedad de que "había escuchado el mensaje de las urnas".
Sin embargo, hasta el momento el único funcionario que abandonó el gobierno de Alicia Kirchner, fue el ahora ex todopoderoso jefe de Gabinete, Leonardo Álvarez, quien fue despedido con un mensaje auspicioso, “Estoy segura que desde el lugar que te toque seguirás realizando tus aportes porque la provincia lo necesita”, fueron las palabras de la mandataria.
Álvarez fue diputado provincial entre 2011 y 2015, luego asumió como Ministro de la Producción del primer mandato de Alicia Kirchner, y en 2019 fue designado en la Jefatura de Gabinete.
Fue la primera baja del gobierno, y hasta el momento la única. No solo porque Weinzettel solo cambió de despacho, sino porque a más de un mes de la renuncia de Leonardo Álvarez, la Jefatura de Gabinete continúa vacante. Una de dos, o Alicia Kirchner todavía no halla la persona adecuada para el cargo, o prefiere esperar que pase el próximo turno electoral de noviembre para designar un nuevo Jefe de Gabinete.
De uno u otro modo se desdibuja tanto la figura del Jefe de Gabinete, como la necesidad y efectividad de las atribuciones y funciones que ejerce.
Y en el marco de la deslucida campaña del Frente de Todos en las PASO, mas allá de los errores procedimentales entre los que se puede enumerar, la floja entidad de los principales candidatos sin conocimiento público, ni suficiente respaldo interno, sin carisma propio, ni un discurso sólido ni convincente; la razón más evidente de la derrota del kirchnerismo es la escisión del petrolero Claudio Vidal que se presentó por fuera del oficialismo que lo cobijó en 2019. ¿Fue esta deserción, responsabilidad del jefe de Gabinete Leonardo Álvarez?.
Eso sin mencionar que el ciudadano a la hora de emitir su voto seguramente también ponderó los déficit del gobierno de Alicia Kirchner y sus decisiones a la hora de gestionar la pandemia: un año y medio sin clases presenciales, el encierro de la población o el cierre de comercios en algunos casos definitivamente con la consecuente caída del empleo, o la caída del salario estatal, entre otros puntos sin dudas también incidieron en el resultado electoral.
Mientras tanto, las "renuncias masivas" pos PASO, envían señales de que los cambios solo fueron un efecto mediático, y que lejos de corregir aspectos deficitarios de su gobierno y en aras de revertir la elección, el kirchnerismo profundiza su política clientelar con un desembozado uso de recursos públicos en clave de campaña electoral.
Un solo cambio se evidencia desde aquel fatídico 12 de septiembre ahoy, la responsabilidad de la junta de votos necesarios para revertir el resultado, se la puso al hombro la propia gobernadora. A todo o nada.