El uso de barbijo debería sostenerse en situaciones de riesgo como en espacios cerrados o para las poblaciones vulnerables en épocas de circulación de virus respiratorios, aún cuando pase la pandemia de coronavirus, ya que hay evidencia para considerar que se transmiten por el aire, aseguró este jueves a Télam el investigador español José Luis Jiménez.
La conclusión acerca de que la mayoría de los virus respiratorios se transmiten principalmente por el aire -es decir que la fuente de contagio más importante es probablemente a través de los pequeños aerosoles que emitimos al respirar o hablar-, es el eje del trabajo científico publicado por Jiménez y otros investigadores en la prestigiosa reviste Science.
Profesor de la Universidad de Colorado, Estados Unidos, y referente mundial sobre transmisión por aerosoles del SARS-CoV-2, Jiménez fue uno de los científicos que más evidencia aportó para que se comprendiera que la principal forma de contagio del coronavirus es por aire y no por las gotas grandes que las personas emiten al estornudar o toser.
Esta diferencia, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) demoró casi un año en reconocer, impidió por varios meses entender la importancia de ventilar los espacios cerrados para evitar que se acumulen los aerosoles emitidos por una persona infectada y que, aún sosteniendo distancia de otras, al quedar suspendidas en el ambiente podrían ingresar por las vías respiratorias y provocar el contagio.
También es clave para comprender la utilidad en la prevención del uso de barbijos (o mascarillas) con buen ajuste que filtren tanto el aire que se emite como el que se inhala.
En diálogo con Télam, Jiménez describió los aportes del artículo publicado en Science y evaluó el impacto de esta evidencia hacia el comportamiento futuro, más allá de la Covid-19.
Télam: ¿Cuál es el aporte del trabajo publicado hoy en Science en relación a Covid-19 y a las enfermedades respiratorias en general?
José Luis Jiménez: Lo que hemos aprendido con el SARS-CoV-2, que ya sabemos que va por el aire, en realidad es aplicable a las demás enfermedades respiratorias como la gripe; y la razón por la cual no nos lo han dicho antes es la misma que ha llevado a que se tarde tanto en aceptar la transmisión por aerosoles de la Covid-19 y es simplemente que estaba este dogma de que los virus se transmitían a través de las gotas grandes.
La diferencia entre una gota grande y una chica es que las primeras caen al suelo luego de hacer una trayectoria, mientras que las segundas se mantienen suspendidas en el aire. Esto hace que en un ambiente cerrado y mal ventilado, aunque una persona esté lejos de la fuente emisora de un virus, se pueda infectar por tan sólo respirar porque el virus puede acumularse en el ambiente.
Por supuesto que si además alguien está cerca de la persona infectada su posibilidad de contagiarse es mayor porque los aerosoles están mucho más concentrados en la proximidad de la fuente de emisión.
Se ha demostrado que los barbijos, con buen material y ajuste, reducen el riesgo de inhalar virus, de ahí la importancia de utilizarlos, sobre todo en espacios cerrados, pero también al aire libre cuando no se respeta la distancia.
T.: Entonces, ¿Cómo se consideraba que se daba la transmisión de virus de enfermedades respiratorias hasta el momento?
J.L.J.: Había suficiente investigación que demostraba que la gripe se transmitía por el aire y seguramente es la principal vía de contagio pero si tu vas a la página web de la OMS o de la CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos) las dos dicen que se transmiten por gotas y no mencionan en absoluto los aerosoles o el aire. Entonces las instituciones de salud pública repiten que se transmite cuando alguien te tose o estornuda en la cara o por tocar superficies.
Lo que estamos diciendo con este paper es que tenemos suficiente evidencia para considerar que todas las enfermedades respiratorias se transmiten igual y que es el mismo dogma que ha causado un año de retraso en la Covid-19 el que ha generado esta falta de información.
T.: En algunos países orientales era común el uso de barbijos en épocas invernales o cuando había enfermedades respiratorias en circulación antes de la pandemia por Covid, en base a lo que ustedes explican. ¿Cree que el uso del barbijo llegó para quedarse?
J.L.J.: Sí, pues si todas las enfermedades respiratorias se transmiten por aerosoles las mascarillas sirven muy bien para protegerse. Entonces en el invierno, aún cuando ya haya pasado la pandemia por Covid-19, en espacios interiores mal ventilados, en el caso de una una persona mayor que va a un hospital, en los transportes públicos, en un viaje de avión que es muy largo, es decir en determinadas situación que uno considera de riesgo, el uso de barbijo debería quedarse. Y las autoridades deberían promocionarlo y distribuirlo. Por ejemplo, cuando uno ingresa a un hospital en invierno te deberían dar una mascarilla e insistir en que te la pongas, sobre todo a las personas mayores.
T.: ¿Qué opina de las medidas de dejar de usar hoy mascarillas en espacios abiertos? ¿Es recomendable o puede ser peligroso?
J.L.J.: Es una medida peligrosa si no se tiene dimensión de que los aerosoles tienen mucha concentración en proximidad de la fuente emisora como decíamos antes. Eso significa que si uno va por la calle sin barbijo, se encuentra con alguien y se pone a hablar, aunque esté al aire libre, si no sostiene la distancia es riesgoso.
En principio la medida correcta técnicamente es llevar la mascarilla afuera cuando no hay distancia, sobre todo al hablar, y quitársela cuando hay distancia. Pero en la práctica parece que eso es demasiado complicado para la población.
En España cambiaron la medida y la explicaron como lo acabo de hacer; se puede quitar la mascarilla en exterior si hay distancia. Pero en la práctica la gran mayoría de la gente se la quita completamente en exteriores, incluso si habla sin distancia.
Y con las nuevas variantes más transmisibles, esto puede causar contagios.
Fuente: Agencia Télam