*Por Fernando Goyanes
Según datos aportados por investigadores en todo el mundo, el exceso de peso podría ser un factor que complica los cuadros de personas infectadas con el coronavirus SARS-CoV-2.
“Debemos tener en cuenta que más de un 70% de los pacientes en cuidados intensivos con complicaciones por COVID-19 tienen sobrepeso u obesidad y según los datos de la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud de la Nación, seis de cada diez personas (61,6%) mayores de 18 años están excedidas de peso, un 36,3% con sobrepeso y 25,3% con obesidad”, indica la Licenciada en Nutrición Nancy Arasempchuk.
Otro dato no menor es que este año se han realizado encuestas sobre el peso en la cuarentena y más de la mitad de personas (56,9%) admitió que tiene registros más elevados que antes, producto de la ingesta de los últimos meses. La situación suma otras aristas de preocupación ya que también se observa un preocupante aumento del consumo de alcohol a diario.
“La obesidad se debe abordar como una enfermedad crónica, inflamatoria y de origen multifactorial en la que interactúan factores psicológicos, biológicos y medioambientales, con un estado de salud afectado por un proceso crónico generalizado y exceso de grasa corporal. Desde la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), se considera como preocupante la relación 'obesidad-coronavirus en la Argentina”, acota.
Por otra parte hay que mencionar las encuestas referidas a los nuevos hábitos incorporados en la alimentación durante esta pandemia, como la planificación de compras, aumento en cocciones familiares, búsqueda de recetas caseras a la par de la limpieza de los productos que traemos del supermercado y la sanitización de las frutas y verduras.
“Al no disponer aún de la vacuna para contrarrestar el avance del COVID-19, la mejor estrategia es la prevención y para esto, se deben tener en cuenta varios factores que influyen en el sistema inmunitario, incluida la nutrición. Considero como importante y prioritario mantener un peso saludable y una alimentación balanceada, equilibrada y variada con todos los grupos de alimentos, 5 raciones en frutas y verduras al día, aumentar las carnes blancas y magras, sumar probióticos como el yogurt o kefir, panes y cereales integrales junto a cereales y legumbres”, enfatiza Arasempchuk.
A esto hay que complementarlo con una adecuada ingesta de agua a diario, disminuir la de alcohol y evitar los alimentos ultra procesados.
“Es importante estar en movimiento, caminar y sumar actividades de fuerza, evitar el sedentarismo y consumar un buen descanso. Esto es fundamental para mantener en alto nuestras defensas”.
¿Cuáles son las vitaminas y alimentos que nos ayudarán a fortalecer nuestro sistema inmune en momentos de pandemia? La Licenciada en Nutrición acota que muchos de ellos tienen nutrientes básicos para mantener el organismo en buen estado y contribuyen a mejorar la respuesta haciéndolo más eficiente.
“La vitamina D está reconocida como un cofactor relacionado con el metabolismo del calcio y funciones óseas, también se la vincula a funciones no esqueléticas como en enfermedades autoinmunes, prevención enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad y deterioro cognitivo e infecciones", explica la especialista.
Agrega que se ha informado un menor riesgo de infección aguda del tracto respiratorio después de la suplementación con vitamina D, y que hay un impacto de esta vitamina en la respuesta del sistema inmunitario y en el desarrollo de la infección por COVID-19.
"Por eso es recomendable la ingesta diaria de vitamina d, la cual se puede metabolizar con la exposición al sol pero en zonas donde las temperaturas son bajas o tenemos limitadas horas de luz solar recomendamos una adecuada ingesta con alimentos como sardinas, huevos y lácteos, el control con laboratorios en el chequeo anual y la suplementación indicada por el médico” añade.
La vitamina E que contienen las almendras es clave para un sistema inmunológico saludable. Es una vitamina liposoluble, lo que significa que necesita grasa para absorberla de manera adecuada. Las almendras, así como nueces y otros frutos secos, tienen ambas cosas. Las almendras crudas con piel proveen una buena dosis de vitamina E.
“Los arándanos cuentan con un compuesto flavonoide denominado atocianina, que le da su color oscuro, con propiedades antioxidantes y protectoras. Son especialmente valiosos para el sistema de defensa del tracto respiratorio. Las personas que los consumen a diario son menos propensas a tener infecciones respiratorias y resfriados”, detalla Arasempchuk.
El germen de trigo es la parte más interna del grano de ese cereal y sus principales valores son el zinc y las vitaminas E y, especialmente, la B6. Según varios estudios, la deficiencia de esta última causaría una pobre respuesta del sistema inmunitario frente a las enfermedades. Añadirlo al yogur o batidos, e incluso a preparaciones con harina es una buena forma de mejorar la función inmune.
“Las bacterias que desarrolla el kéfir, fermentado de la leche, son muy saludables, especialmente para el sistema inmunológico porque combaten otras bacterias, y reducen la inflamación. Se puede aplicar a otros tipos de yogurt, que tienen vitamina D y ambos estimulan la producción de probióticos saludables en el intestino, estimulando el sistema inmune”, señala la licenciada Arasempchuk.
En un resumen de todo lo mencionado, la Licenciada en Nutrición considera que se debe trabajar en tres aspectos a fortalecer: “la alimentación, la actividad física y el manejo de las emociones”.
Lic. en Nutrición Auditor Arasempchuk Nancy - MPP LN 104 - Obesidad y Metabolismo –
Teléfono Celular – Whatsapp: +54 9 2966 610285
Correo electrónico: nancyarasempchuk@hotmail.com
Sitio web http://nancyarasempchuk.wixsite.com/nutricioncalafate
* El autor es periodista, editor del periódico Carta Abierta. Este artículo forma parte de un trabajo colaborativo entre los periodistas de Winfo Santa Cruz y el Periódico Carta Abierta cuya alianza tiene como objetivo abordar temas con múltiples miradas que enriquezcan nuestras comunidades de lectores.