La localidad de 28 de Noviembre, es uno de los pocos lugares de Argentina, donde el cóndor andino forma parte del paisaje urbano y a simple vista se pueda ver el derrotero majestuoso de las aves sobre el cielo cordillerano. Hace años que una ONG trabaja en el rescate de cóndores heridos, los cura y trata de devolverlos a su hábitat, en la medida que sus acciones crecieron, ahora intentan que la identidad del pueblo quede ligada al ave y se ilusionan con la llegada de turistas a admirar los cóndores. El centro de operaciones para los rescates es sin dudas la Reserva Natural Educativa "Cerro de la Cruz" que hoy cumple 11 años.
La ONG Huellas Patagónicas -un puñado de voluntades de vecinos, veterinarios, biólogos y andinitas- que se fundó en el 2005, trabajan en el rescate de cóndores y hasta han logrado contabilizar 140 ejemplares en el área, tarea difícil, ya que al ser aves capaces de volar 300 km en un día, viven tanto del lado argentino como chileno. Ellos también fueron los principales impulsores de la reserva y lo hicieron gracias a la ayuda de muchos vecinos que fueron haciendo su aporte voluntario con materiales y trabajo.
La historia de la reserva
La historia de la reserva está claramente asociada a la historia de 28 de Noviembre. Desde la planificación de la localidad, el Dr. Jorge Blachere buscaba un lugar en donde la incipiente comunidad pudiera tener agua potable. A través de trabajos realizados al oeste de la localidad con maquinaria, se logró encausar un “mallín” que aumentó el caudal del arroyo que proveyó de agua por muchos años a 28 de Noviembre.
Con el tiempo se construyeron piletones en los cuales se potabilizaba el agua que consumía la nueva comunidad y, es allí, en donde ingresa a la historia de la reserva la familia Low, quienes tenían como fin cuidar el lugar y habilitar la energía eléctrica para que la empresa “Amir” construya el plan de viviendas en la localidad.
"A partir de allí, la reserva comenzó a vivir una etapa en que el crecimiento de la localidad no estaba emparentado con la conservación del ambiente y en donde se utilizó el bosque que tenía la misma para calefaccionar las viviendas de 28 de Noviembre, ya sea en forma total o bien para encender el fuego en los “tachos” que luego utilizaban con carbón de la empresa “YCF”"; recuerda el periodista y ambientalista Franco Paz, uno de los creadores de la ONG Huellas Patagónicas.
Más del 60% de los árboles que se encontraban en la reserva fueron talados y el sobre pastoreo de caballos en el lugar, modificó el ambiente por mucho tiempo. Desde el año 2003, a través de un proyecto del Concejo Deliberante, se intentó proteger algunas hectáreas denominándolas “Espacio Verde” con el fin de proteger el lugar de cualquier plan de viviendas y terrenos. Este fue el primer antecedente de protección que tuvo esta área natural.
El crecimiento demográfico que viviera la Cuenca Carbonífera durante el desarrollo de la empresa Yacimientos Río Turbio hizo que la dimensión de la reserva fuera un lugar interesante para los emprendimientos inmobiliarios. A raíz de esta situación es que desde Huellas Patagónicas se presentó en el Concejo Deliberante la intención de creación de una Reserva Natural Urbana “Cerro de la Cruz” en homenaje al nombre que los vecinos dieran al espacio natural en donde se encuentra la cruz mayor, símbolo de protección espiritual de la comunidad.
"Desde Huellas Patagónicas se comenzó a trabajar en un plan de gestión anual para planificar los trabajos en la reserva, al que se sumaron muchas instituciones que apoyaron la realización de trabajos que estaban planificados anualmente", detalló Paz.
El gremio de los empleados municipales (SEM) donó postes para la construcción del alambrado perimetral, de igual forma, las varillas y el alambre fueron entregados por la municipalidad, mientras que la mano de obra fue realizada por la asociación tradicionalista “El Relincho” integrada por Cristian Aránea, Eduardo Tamayo y Cristian Casas.
A través de las gestiones realizadas por distintos actores sociales de la comunidad, se logró la entrega del edificio que contiene los piletones de potabilización de agua para la localidad en comodato para el municipio. Este edificio se encontraba sin uso y se pudo realizar un convenio para que allí se construya un centro de interpretación.
Estos objetivos alcanzados ponen de manifiesto el compromiso de distintos vecinos que aportaron en gestiones para este comodato, entre ellos, recordamos a quien se desempeñara como gerente de Servicios Públicos Sociedad del Estado de Santa Cruz en 28 de Noviembre, Hugo Matus. De igual manera fue importante el apoyo del Director de Bosque del Consejo Agrario Provincial, Miguel Ángel Ferro y el vecino Oscar Gutiérrez, quien se encontraba formando parte de la estructura política del Gobierno Provincial.
- En el año 2012 se presentó en el HCD local un proyecto para que el arroyo que se encuentra en la reserva fuera llamado “Arroyo Los Pioneros” en homenaje a los primeros pobladores, que junto con el fundador del pueblo, encontraran en este un lugar para captar agua potable para la localidad.
- En el año 2013 se realizó el concurso para buscar el logotipo de identificación de la reserva “Cerro de la Cruz”. En el mismo participaron alumnos de los colegios de 28 de Noviembre y Rospentek con más de 40 modelos de logotipos. fue elegido el logotipo de la alumna Sayra Velásquez, quien a través de su imaginación le dio un logotipo a la reserva.
- Desde la UNPA-UARG y “Huellas Patagónicas” se postuló un proyecto para gestionar fondos del “Programa de capacitación para el fomento del uso público responsable en las Reservas Naturales de la Cuenca Carbonífera de Río Turbio”. Con el mismo se obtuvieron fondos para la construcción y delimitación de senderos, un mirador y un puente para el arroyo “Los Pioneros”. Fue el área de producción del Municipio la que se hizo cargo de la mano de obra.
- A través de las gestiones del vecino Andrés Echeverría y “Huellas Patagónicas”, empresas locales donaron carteles sobre flora y fauna de la reserva. La misma cartelería es innovadora y de una calidad de primer nivel.