EL CALAFATE.- Roland Demange el turista de 82 años que enfermó de coronavirus estuvo dos semanas conectado a un respirador artificial en coma inducido y casi 50 días en la terapia intensiva del Hospital SAMIC , hoy permanece internado en su país recuperándose de la enfermedad. Come sólido, habla y hasta camina unos pasos por día en el hospital de París.
La salud de Roland, durante días tuvo en vilo al equipo médico del SAMIC, fue el paciente de mayor gravedad de los 34 casos positivos que se registraron en esta ciudad. La fotografía que acompaña esta crónica la envió su esposa, Bernardette Demange quien también era la coordinadora de la delegación francesa, que pasó aquí 50 días aislada en el hotel Edenia. La mitad de los turistas de ese grupo contrajo COVID-19, y muchos de quienes entraron en contacto con ellos también enfermaron.
Los Demange viven en Noiseau, Val de Marne, a 15 km de París, tienen dos hijos y cumplieron aquí 54 años de casados, pero no lo pudieron celebrar. Hoy Roland está internado en un sanatorio de París, desde el día 3 de mayo cuando fueron repatriados en un vuelo especial. Desde allí Bernardette pasa a sus contactos en Argentina información sobre la buena evolución de su esposo y le escribió días pasados una carta al intendente Javier Belloni para agradecerla la atención recibida en la ciudad que los alojó.
Como coordinadora del grupo ella le agradeció a Belloni por haber puesto a su disposición los autobuses, el personal municipal, el operativo de evacuación hasta el aeropuerto y también le agradeció el presente que le entregaron en la puerta del avión.
"Su carta (que enmarcaré como recuerdo), ‘el Mate‘ como regalo de recuerdo y las facturas nos hicieron muy felices. De hecho, les contaminamos y nos desean un buen regreso con la esperanza de volver a vernos un día. Personalmente, le cuento, mi Roland me dijo: "Vamos a terminar este viaje", le agradeció Bernardette en la carta al intendente.
En la misiva resaltó la belleza de la naturaleza patagónica y del Lago Argentino pero sobretodo destaca a la comunidad local. "El descubrimiento de la región fue corto, pero descubrimos un pueblo tan generoso. Todos los que hemos conocido, solicitado y apreciado tienen un corazón más grande que Argentina. En mi desgracia personal, todos estaban presentes y con mucho amor. No olvidaré nunca. Puedo escribirlo, dejé una familia, una hermana Verónica, niños René, Guillaume, Natalia y amigos Francesca, Paola y su familia".