RÍO GALLEGOS.- Con el primer minuto de este sábado los jubilados que mantenían el acampe frente a la Caja de Previsión, decidieron que 100 días fueron suficientes para instalar un reclamo que impregnó el boulevard de la avenida San Martín, aunque el gobierno de Alicia Kirchner jamás oyó. Por el contrario, la gobernadora les prometió "a partir de ahora cobrarán el último día hábil del mes", y después se olvidó de sus palabras. No solo no cumplió con los jubilados, sino que además los violentó. Avalando a funcionarios violentos como Ariel Ivovich, quien se cansó de mentirles, maltratarlos, acusarlos de haberle "vandalizado" la 4x4, los denunció "por impedir el normal funcionamiento de la Caja...", y los dejó morirse de frío en la calle mientras él continuaba preparando el próximo engaño, la próxima excusa para nada. Un día Ivovich le gritoneó a una de las jubiladas, nada menos que a Cristina "La Colo" Coronel.  "A mi no me la van a contar", le enrostró enarbolando un supuesto pasado de pionero heroico, heredado. El gordo Ivovich, el de las estancias, el de los negocios, el saltimbanqui de la politica, el ex funcionario de Peralta, de Cantín, de Alicia, el que fue a ofrecerse en bandeja a Sergio Massa y rebotó,  el que mañana estará con... x.  Ivovich, el indigno funcionario que vandalizó a la digna Cristina Coronel. La enfermera a quien otro violento, Daniel Varizat, ya había pasado por encima con su 4x4 en 2007 lastimándole varios huesos, músculos y tendones, pero que ni siquiera alcanzó a rozarle el corazón ni el alma. Porque el corazón y el alma de La Colo son intocables. Anoche ella y sus valerosos compañeros, decidieron que había que levantar campamento.  En realidad no lo decidieron ellos sino sus cuerpos, demasiado castigados tras 100 días de sacrificio y entrega. Ahí, dieron ventaja. "Un poco de tristeza y un poco de alegría" le dijo Cristina a Andrés Pombo, quien la entrevistó anoche justo en ese momento de despedida en que el adiós es un hasta luego.