Por Héctor Barabino.- "El sistema de jubilaciones es deficitario", suelen repetir como loros los funcionarios provinciales para justificar el acto criminal de no pagar las jubilaciones.
Hablan muy sueltos de cuerpo del "déficit de la Caja de Previsión", como si el descalabro del sistema de jubilaciones fuese producto del espíritu santo, y no de una política constante de vaciamiento que implementó el gobierno de los Kirchner desde 1991 pagando sueldos en negro, negociando con intendentes "conciliaciones" de aportes patronales a cambio del envío de remesas para salarios, contratando personal en negro, o simulando "errores de tipeo" que retacearon 10 puntos de aporte patronal al sistema docente durante 15 años.
A grandes rasgos, en un sistema previsional existe lo que ellos llaman déficit cuando hay evasión, y en Santa Cruz el primer y el único evasor fue el gobierno provincial. Evasión que produjo el desfinanciamiento actual.
Cuando los funcionarios como Alicia Kirchner, o sus diputados camporistas, es decir los autores y los herederos y continuadores de las políticas de vaciamiento de la Caja se refieren al supuesto défícit del sistema, omiten, por ignorancia o maliciocidad, que están hablando del sistema de seguridad social que debe garantizar el estado para proteger a los más vulnerables.
Un sistema con un equilibrio muy sensible entre lo que ingresa y lo que egresa, cuya variable no depende del mercado sino de la lucidez de los gobernantes a la hora de establecer políticas de estado en materia de seguridad social. Cuánto dinero del presupuesto destinar a las jubilaciones, o a la obra social, es una decisión crucial en un gobierno serio y responsable.
No es verdad que hoy el gobierno de Alicia Kirchner "no puede pagar a los jubilados porque Nación envía menos fondos a Santa Cruz", como dice Ariel Ivovich. Porque cuando pudo pagarles prefirió abonarle el sueldo a una parte de los activos antes que cumplir con todos los pasivos.
Despotrican contra "el déficit de la Caja de jubilaciones", como si en 26 años de administración no hubieran tenido tiempo de ir adaptando el sistema a medida que iban progresando las condiciones, sumándose jubilados, aumentando los ingresos a planta, prolongándose las expectativas de vida, entre otras variables.
El gobierno de un cuarto de siglo no fue capaz de prever las proyecciones de un sistema que no es más complejo que la resolución de una regla de tres simple. Tanto hay que pagar, tanto se debe recaudar. Y si no alcanza, en lugar de salir a dar explicaciones inverosímiles en la provincia de los funcionarios multimillonarios, lo que tienen que hacer los funcionarios es salir a buscar las alternativas de financiamiento que en Santa Cruz existen, y hasta sobran, por tratarse de una provincia rica en recursos.
Antes de predicar sobre "el deficit del sistema jubilatorio", los funcionarios deberían mirarse en el espejo de su propia historia y reconocer que el déficit del sistema, son ellos.